El pasado 14, nuestra
compañera Esperanza Liñán ha comentado el libro Vivir adrede de Mario
Benedetti, y su nombre me ha traído a la memoria el de Nacha Guevara, y la necesidad de escribir un pequeño homenaje que
los englobe a ambos.
Mario Benedetti (Uruguay, 1920-2009)
publicó en su larga vida numerosos libros de relatos, siete novelas y unos
cincuenta poemarios, amén de ensayos y otras colaboraciones periodísticas.
La dictadura uruguaya de 1975 lo lanzó al exilio:
Cuba, Perú, Argentina y, al fin, España, donde vivió diez años, alejado de su esposa que se quedó
en su país cuidando de las madres de ambos.
Su poesía, sencilla y directa, lo han hecho
favorito para ser adaptado por cantantes sociales (Serrat entre otros) y aquí
debe aparecer el segundo nombre que cité al principio.
Nacha Guevara (Argentina, 1940), mujer de
producción amplísima, ha hecho teatro cine y televisión, pero para mí es la
formidable Nacha a la que conocí a través de los discos que publicó en España,
a raíz del gran éxito de su espectáculo teatral “Nacha de noche”. Cantante de
amplio registro, capaz de dormirse en un grave y subirse en un inacabable
agudo, siempre con una elegancia vocal difícil de igualar. Se exilió en 1975 y
a España llegó tres años después para quedarse hasta 1982. A su vuelta a
Argentina no dejó de trabajar e innovar, y en este mismo año, cerca de cumplir
los 80, ha intervenido en tres series de TV.
Si he conseguido que les apetezca descubrir
su voz y no pueden encontrar ninguno de sus CDs, acudan a ese canal llamado
Spotify, escriban su nombre y allá la encontrarán en abundancia.
Y vamos con la unión Benedetti/Guevara,
representada por esta canción cuya música compuso Alberto Favero, compañero de
exilio y vida de Nacha, y que tengo por una de más bellas que he oído jamás. La
letra, el poema, ahí les va:
Si te quiero es porque sos / mi amor, mi
cómplice y todo /
y en la calle, codo a codo / somos mucho
más que dos.
Tus manos son mi caricia / mis acordes
cotidianos /
te quiero porque tus manos / trabajan por
la justicia.
Tus ojos son mi conjuro / contra la mala
jornada /
te quiero por tu mirada / que mira y
siembra futuro.
Tu boca que es tuya y mía / tu boca no se
equivoca /
te quiero porque tu boca / sabe gritar
rebeldía.
Y por tu rostro sincero / y tu paso
vagabundo /
y tu llanto por el mundo / porque sos
pueblo te quiero.
Y porque amor no es aureola / ni cándida
moraleja
y porque somos pareja / que sabe que no
está sola.
Te quiero en mi paraíso / es decir, que en
mi país /
la gente viva feliz / aunque no tenga
permiso.
Recopilado por José Ramón Torres Gil, a 21 de abril.
Gracias José Ramón por recordarnos ese precioso poema y parte de las vidas de Benedetti y Nacha Guevara. Yo la recuerdo cantándolo como sólo ella sabía hacerlo. También en "No llores por mí Argentina", porque le ponía voz y alma.
ResponderEliminarEsperanza.
De Benedetti lo que más me gusta es: la sencillez en el lenguaje, la sensibilidad y el compromiso,que nunca le ha abandonado.
ResponderEliminarSu gran sensibilidad.Y la sensación de paz cuando lo lees
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