Artículo
de Primrose Freestone, Senior
Lecturer in Clinical Microbiology, University of Leicester. Publicado en la
revista digital The Conversation.
Es un viejo debate. Mientras que los entusiastas de la
ducha matutina defenderán que es la opción ganadora, ya que ayuda a despertarse
y empezar el día con energía, los fieles a la ducha nocturna argumentarán que
es mejor relajarse antes de acostarse.
Pero ¿qué dicen realmente las investigaciones? Como
microbióloga, tengo una respuesta clara a esta pregunta.
Una rutina fundamental
En primer lugar, es importante destacar que ducharse
es una parte integral de cualquier rutina de higiene, independientemente de
cuándo prefiramos hacerlo. No solo nos ayuda a eliminar la suciedad y la grasa
de nuestra piel, lo que puede ayudar a prevenir
erupciones cutáneas e infecciones, sino que también elimina el sudor, origen
del mal olor corporal.
Aunque muchos piensen que ese mal olor es causado por
el sudor, en realidad lo producen bacterias que viven en la superficie de
nuestra piel. El sudor fresco, de hecho, no tiene olor. Pero las bacterias que
viven allí, concretamente los estafilococos, lo utilizan como fuente directa de
nutrientes. Cuando descomponen el sudor, liberan un compuesto que contiene
azufre llamado tioalcohol, responsable del familiar aroma acre que
desprendemos.
¿De día o de noche?
Durante el día, el cuerpo y el cabello acumulan
contaminantes y alérgenos (como el polvo y el polen), además de la acumulación
habitual de sudor y grasa sebácea. Aunque algunas de estas partículas quedan retenidas en la ropa, otras se transfieren a las sábanas y las fundas de almohada.
Además, el sudor y el aceite de la piel favorecen el
crecimiento de las bacterias que componen el microbioma cutáneo, microorganismos que
también pueden transferirse de nuestro cuerpo a las sábanas.
Sin embargo, incluso si se ha duchado antes de
acostarse, seguirá sudando durante la noche, independientemente de la temperatura.
Los microbios de la piel se alimentarán de los nutrientes del sudor, y eso
significa que, por la mañana, habrá depositado microorganismos en las sábanas.
Probablemente también se despertará con algo de olor corporal.
Lo que anula especialmente los beneficios de la ducha nocturna es
no lavar la ropa de cama con regularidad. Los microbios que causan el olor
presentes en las sábanas pueden transferirse al cuerpo limpio mientras dormimos.
Además, ducharse por la noche tampoco impide que se desprendan las
células de la piel. Esto significa que pueden convertirse en fuente de alimento
para los ácaros del polvo doméstico. Si no lavamos las sábanas con regularidad,
puede producirse una acumulación de células muertas que alimentarán a más
ácaros del polvo. Los excrementos de estos pequeños arácnidos pueden provocar alergias y agravan el asma.
En cambio, las duchas matutinas ayudan a eliminar las células
muertas de la piel, así como el sudor o las bacterias que se han acumulado en
las sábanas durante la noche. Esto es especialmente importante si las sábanas
no se han lavado antes de acostarse.
Si nos duchamos por la mañana, nuestro cuerpo estará más libre
de microbios cutáneos adquiridos
durante la noche cuando nos pongamos ropa limpia. También empezaremos la
jornada con menos sudor del que se alimentan las bacterias generadoras de
olores, lo que probablemente nos ayudará a oler mejor durante más tiempo a lo
largo del día en comparación con alguien que se ducha por la noche.
Veredicto de
microbióloga
En suma: como microbióloga, soy partidaria de ducharse por la
mañana.
Por supuesto, cada uno tiene sus propias preferencias. Sea cual
sea la hora que elija, recuerde que la eficacia de la ducha depende de muchos
aspectos de su higiene personal, como la frecuencia con la que lava las sábanas.
Por lo tanto, independientemente de si prefiere ducharse al
despertarse o al acostarse, es importante limpiar la ropa de cama con
regularidad. Debe lavar las sábanas y las fundas de almohada al menos una vez a
la semana para eliminar todo el sudor, las bacterias, las células
muertas de la piel y los aceites
sebáceos que se han acumulado en ellas.
El lavado también eliminará las esporas de hongos que
puedan estar creciendo en la ropa de cama, junto con las fuentes de nutrientes
que estos microbios productores de olores utilizan para crecer.
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