28 julio 2025

OTRA REFLEXIÓN VERANIEGA

 


Ayer, día 15 de julio, se inició la canícula. Tengo entendido que comprende el período de tiempo que va desde mediados de julio hasta las mismas fechas de agosto, y que se inicia un poco más tarde del solsticio de verano por la acumulación gradual del calor.

Canícula. Aunque tiene reminiscencias caninas los perros, en especial, también sufren los calores agobiantes de este espacio veraniego y más aquellos que están dotados de un mayor pelaje, por mucho que sus dueños se lo recorten. No hay más que verlos buscando una sombra donde tenderse, con la lengua fuera y respirando con dificultad.

En nuestro país estos animales se han convertido en paisaje permanente. A primeras horas de la mañana y de camino a la playa (huyo del sol de mediodía) en el parque de Huelin veo un número considerable   siendo paseados por sus dueños y la misma imagen se repite al caer la tarde o al anochecer. Imagino que habrá también otros momentos del día en que no coincido con ellos.

Las conversaciones que sostienen algunas personas con sus mascotas (en su mayoría mujeres mayores) es digna de un estudio sicológico. Les hablan, les razonan, les regañan con el mismo tono que emplearían para corregir a sus nietos si los tuvieran o si pudieran disfrutar de su cercanía.   Lo triste de esta actitud, a mi parecer, es la consecuencia de una soledad que les abruma y necesitan un interlocutor, que aunque mudo, les escuche o simule hacerlo. Comunicarse con los demás, expresar nuestros sentimientos con palabras es tan necesario como respirar. ¡Qué lamentables resultan estas islas desiertas donde las personas mayores, o al menos una parte de ellas, tienen que sentirse como Robinsones Crusoes modernos!

Y ante el exceso de animales, la falta de niños. Somos ya un país envejecido y llevamos un camino que parece sin retorno y que nos conduce a convertirnos en un gran geriátrico. ¿No hay política o políticas que traten de corregir este futuro que se avecina temible?

Hace dos veranos, visitando Munich con unas amigas nos sorprendimos ante el abundante número de mujeres jóvenes portando un cochecito y acompañadas de dos o tres niños más. Y eran rubias y tenían  apariencia de alemanas. Quiero decir que no solo procrean y aumentan la población las que emigran de otros países. ¿Tan imposible resulta aplicar los mismos métodos en España que emplean allí? ¡Con lo fácil que resulta copiar!

 

MAYTE TUDEA.


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