20 marzo 2025

REFLEXIÓN DEL DÍA

 

A menudo pienso si, como especie, no hubiese sido posible armar todo esto de otro modo. Que la estructura entera (trabajo, horarios, vínculos postergados) fuese distinta. Me sabe a poco dedicar a los míos el fin de semana. Dos días prestados, con el cuerpo presente y el cerebro partido entre notificaciones y el intento honesto, pero fallido, de estar ahí. Y entonces pasa un mes. Otro. Y, mientras tanto, vamos aflojando el vínculo con quienes nos son más afines, mientras nos desgastamos en tolerar y complacer a personas que nos importan muy poco. Se nos pudre la intimidad. Y aparece la pregunta: ¿esto era vivir?

Claudia Cuevas Santiago.
Cartas a la directora
El País


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