Resulta
perfectamente lógico que antes de ir a ver una película, una obra de teatro, un
espectáculo musical o cualquier otra actividad cultural, nos basemos en las
opiniones difundidas por la crítica especializada.
Igual ocurre cuando nos acercamos a una librería para comprar un determinado
ejemplar, influidos en principio por el autor que ha escrito esa nueva obra
literaria. Nos sentimos animados para tomar una positiva decisión basándonos en
esas valoraciones críticas que hemos tenido la oportunidad de conocer a través
de la prensa, la radio, la televisión y, de manera prioritaria, cuando entramos
en algunas aplicaciones que encontramos en las redes de Internet. Es obvio que
solemos acudir a determinados especialistas, de reconocido prestigio en los
distintos campos de la crítica cultural, como mejor garantía para evitar
equívocos y frustraciones.
En
este contexto, los resultados obtenidos pueden
ser en ocasiones un tanto opuestos o contradictorios para nuestras intenciones.
Centrándonos en el mundo del séptimo arte, son muchas la ocasiones en que acudimos
a una sala cinematográfica para visionar una determinada película, pues las críticas
que hemos consultado sobre la misma aconsejan razonablemente esta opción. Sin
embargo, cuando la proyección ha finalizado, nos sentimos profundamente
defraudados con el contenido de lo que hemos visto en pantalla. Nos embarga
entonces una incómoda sensación de habernos equivocado, a pesar de las
positivas críticas que hemos previamente consultado. La situación contraria
también la hemos experimentado. A pesar de leer unas críticas desfavorables o
adversas sobre una realización fílmica, por alguna razón hemos acudido, sin
embargo, a verla en pantalla. Y en contra de las opiniones de prestigiosos
especialistas, a nosotros nos ha resultado agradable, distraída, interesante y
con unos valores muy estimables. Salimos satisfechos de la sala de cine, con el
convencimiento de no haberos equivocado al elegir ese concreto título.
Hay
que entender esta paradoja. Por mucho prestigio, profesionalidad o
conocimiento, la opinión critica es siempre
personal y en el “libro de los gustos” puede haber infinitas páginas
escritas. Lo que unos entienden como bueno o positivo, otros no lo consideran
así. Desde luego siempre es necesario y muestra de inteligencia, conocer la opinión
de los demás, antes de tomar muchas de nuestras decisiones. Pensemos que el
profesional de la crítica siempre escribe con la mayor honradez y la mejor
voluntad, evitando caer en motivaciones “oscuras” o intereses reprobables.
Pero, aun así, es necesario actuar con inteligente prudencia. Y lo primero
sería no quedarnos con una sola opinión, por
muy prestigiosa que resulte, sino contrastar otras distintas valoraciones
acerca de una película, obra de teatro o cualquier otro espectáculo. Y no
olvidemos que hay “santones o mitos” de la crítica, que escriben en revistas
especializadas (Fotogramas, Cinemanía, El País, etc.) o en las páginas de
cualquier otro diario, con un lenguaje difícil de entender, críptico, con
claves interpretativas sólo aptas para lectores muy preparados. Dicho de otro
modo, estás leyendo los comentarios de esa “figura” de la opinión
cinematográfica y llegas a la conclusión de que no te estás enterando de nada de
lo que dice, con lo cual no llegas a justificar el porqué ese argumento,
interpretación o realización es bueno o malo, para optar o no por el visionado
de una determinada película.
En Internet hay decenas de páginas dedicadas al cine. Todas ellas pueden
resultar útiles para que los muy aficionados a este arte o cinéfilos puedan
estar bien informados acerca de los títulos que aparecen en las carteleras de
las salas o de aquellos films emitidos diariamente por las diferentes cadenas
de televisión. Puede ser importante comentar acerca de una página web de
reconocido prestigio en el mundo cinematográfico: FILM
AFFINITY. Es muy fácil de consultar y sumamente útil para estar bien
informado en esta universal rama de la cultura. Cualquier película de la
historia del cine, nacional o internacional, tiene su ficha correspondiente en
esta página que, por supuesto, es gratuita para todos los que deseen visitarla.
La información que ofrece, sobre todo lo relativo al mundo cinematográfico, es
exhaustiva y bastante asequible a cualquier nivel de conocimiento. Escribimos
el nombre de una película y de inmediato tenemos a nuestra disposición los
datos técnicos de la misma: título, año de producción, duración, nacionalidad,
dirección, autoría del guión, fotografía, reparto de actores y actrices, género
cinematográfico, sinopsis del argumento y unas entradas para profundizar en las
opiniones críticas escritas por autores especialistas en cine, con puntuaciones
acerca de la calidad de la película analizada.
Sin
embargo, lo que es más interesante y útil para el lector, que consulta esta
página web, son las valoraciones críticas que aportan las personas aficionadas
al cine y que se archivan en las fichas de cada película. Estas críticas “no especializadas”, en muchas de las
ocasiones, son verdaderas piezas del buen hacer en este campo de la valoración
fílmica. Su consulta resulta más asequible y rentable para el que desea conocer
la significación de una película, que aquélla que redactan los autores
consagrados en el oficio de escribir sobre cine. Incluso esos simples o más
diestros aficionados en el arte de escribir añaden una parte de su redacción
denominada spoiler, que hay que pulsarla
para conocer su contenido y que no aparece en principio explícita, pues en sus
párrafos se detallan aspectos argumentales que muchos no desean conocer antes
de visionar la película. En definitiva, esta página web es absolutamente
recomendable por sus contenidos, estructura, diseño, versatilidad de manejo y
profunda utilidad, para el conocimiento y reflexión sobre cualquier film,
exhibido o no en pantalla.
Para
finalizar este artículo sobre la crítica cinematográfica, habría que añadir una
lúcida reflexión. Para hacer una buena crítica de cine, parece necesario visionar en más de una ocasión el metraje o
contenido digital correspondiente a una película. De esta forma nos daremos
cuenta de múltiples detalles argumentales, de dirección e interpretación y, por
supuesto de mensajes, explícitos o subliminares, que en un primer visionado han
podido quedar desapercibidos. En todo caso, cuando te quedan ganas de volver a
disfrutar esa película, es porque su contenido te ha hecho feliz, has gozado
con su visionado. No dejes de “amar” el cine. Así ampliarás y enriquecerás tu
vida con otras muchas e interesantes vivencias. –
José L. Casado Toro
Febrero 2023
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