Con motivo del nuevo concurso de relatos que estamos preparando, en esta sección se irán colocando algunos de los relatos que participaron en la edición de 2011.
RELATO A CONCURSO Nº 003 - ROSITA LA FANTÁSTICA
Joan Rosita Torr se casó a los 21 años con un militar, el coronel Ronald
Forbes, destinado en Oriente. Adoptó su apellido y junto a él conoció China,
India y Australia. Pronto el matrimonio fracasó al no soportar Rosita la vida
militar y el carácter de Forbes. De vuelta a Londres tras dejar a su marido, su
barco hizo escala en Sudáfrica desde donde intentó ir desde Durban hacia el
norte siguiendo el curso del río Zambeze, aventura que las autoridades le
impidieron. Sirvió como conductora de ambulancias y chofer a las órdenes del
Gobierno Británico durante la Primera Guerra Mundial de lo que pronto se cansó,
para emprender la vuelta al mundo por 30 países durante 13 meses.
Posteriormente un editor la contrató para que escribiese una serie de artículos
sobre la colonización francesa en el norte de África. Para ello condujo miles
de kilómetros junto a su amiga Undine tomando notas, aventura que no la
satisfizo, más partidaria de conocer sitios que de verlos. En El Cairo las
autoridades británicas la contactaron para que en Damasco averiguara “detalles”
sobre las intenciones del rey Faisal en Siria, en lo que fue su primer
acercamiento al mundo de la política. Rumores de la época le achacaron formar
parte de la nómina del espionaje británico.
La aventura más famosa de su vida fue cruzar el desierto de Libia hasta
alcanzar la ciudad prohibida de Kufra dominada por tribus fundamentalistas que
la detuvieron, le robaron y la encerraron durante un tiempo. Es en el diario de
viaje donde la sensación de peligro y aventura se respira en cada una de sus
páginas. Fue la primera mujer no musulmana que logró penetrar en la ciudad de
Kufra. Para que no faltase nada en su biografía rodó una película a la que
tituló “Desde el Mar Rojo hasta el Nilo Azul” de la que hoy solo se conservan
unos escasos minutos. Se volvió a casar con un militar, el coronel Arthur
Thomas McGrath, que la introdujo en la Royal Geographical Society que nunca
premió sus trabajos con una medalla como ella hubiese deseado.
No cesó en sus viajes hasta que el matrimonio McGrath señaló un nuevo punto en
el mapa para instalarse: las Bahamas. Allí adquirieron un terreno en la
inhóspita isla de Eleutera donde se construyeron una casa al estilo de los
castillos del Loira dando, una vez más, rienda suelta a su afán de
protagonismo. Murió sin que se le hubiesen reconocido sus muchos trabajos. En
su lápida no figura epitafio alguno, si bien para ello podría haber servido su
más famosa frase «El viaje perfecto nunca termina, la meta está siempre en la
orilla opuesta del río, al otro lado de la siguiente montaña» Descanse en paz
Joan Rosita McGrath, más conocida como Rosita la fantástica.
Nono Villalta
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