Hemos iniciado un nuevo año hace unos cuantos días y también una nueva etapa. En la vida, habitualmente, más que los meses y los años lo que se suceden son los períodos: unos finalizan y otros comienzan.
Ya sabéis que nuestro querido compañero Joaquín ha dado por terminada una etapa al presentar su dimisión en el cargo de secretario de Amaduma, después de un intenso tiempo de trabajo que ha durado cinco años. Lamentamos muchísimo su marcha, y esperamos que solo sea en su faceta administrativa. Confiamos en contar con su cercanía y su participación en las actividades de Amaduma, aunque ya no se considere responsable de las mismas. Su trabajo ha sido excepcional y quizá ese entregarse tan a fondo como lo ha venido haciendo, sea el principal responsable de su cansancio y de su deseo de aligerarse de cargas. Comprenderlo, no nos evita sentirlo.
No obstante, nos ha prometido mantener la actualidad fotográfica de los eventos de la Asociación y continuar llevando este blog que sirve de cordón umbilical a través del cual nuestros asociados se nutren de toda la información necesaria en el día a día.
Es nuestro deseo, por tanto, darle al mismo un nuevo impulso, ya que durante los últimos tiempos lo habíamos abandonado un poco. Desde aquí pedimos a nuestros compañeros y simpatizantes que se animen a enviar colaboraciones sobre cualquier tema que les interese y deseen divulgar. Artículos, comentarios, relatos breves, poemas, fotos interesantes, todo aquello que dentro de los límites del respeto hacia los demás resulte digno de ser publicado.
Comienzo con unas reflexiones que hilvané anoche al regresar de la amena conferencia con la que nos ilustró nuestro amigo Salvador Jiménez Morales.
MAYTE TUDEA.
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