30 julio 2011

RELATO A CONCURSO Nº 003 - ROSITA LA FANTÁSTICA

Nazik Al Malaika nació en Bagdad. Su madre escribía poesía y su padre era poeta, editor y profesor de árabe. Aficionada a la poesía desde muy joven, publicó sus primeros versos con diez años. Estudió en las universidades de Wisconsin y Princeton hasta recalar en el Trinity College de Dublín ciudad donde contrajo matrimonio con el agregado cultural de la embajada alemana. La profesión del marido le permitió recorrer gran parte del mundo. Fue en Córdoba (en aquellas lejanas jornadas sobre poesía, embrión de la actual Cosmopoética) donde conocí a Nazik recitando poemas suyos y del Andalusí Umayya Ibn Abu-as-Salt. Al anochecer nos reuníamos en algún lugar de la Judería donde nos contaba, con aquella voz dulce y calida con la que nos cautivaba, historias infinitas sobre personajes reales. Una noche nos habló de Joan Rosita Torr a la que Nazik había conocido tras un incidente diplomático en El Cairo. Es precisamente de Rosita de la quiero daros a conocer aspectos de su vida poco conocidos.

Joan Rosita Torr se casó a los 21 años con un militar, el coronel Ronald Forbes, destinado en Oriente. Adoptó su apellido y junto a él conoció China, India y Australia. Pronto el matrimonio fracasó al no soportar Rosita la vida militar y el carácter de Forbes. De vuelta a Londres tras dejar a su marido, su barco hizo escala en Sudáfrica desde donde intentó ir desde Durban hacia el norte siguiendo el curso del río Zambeze, aventura que las autoridades le impidieron. Sirvió como conductora de ambulancias y chofer a las órdenes del Gobierno Británico durante la Primera Guerra Mundial de lo que pronto se cansó, para emprender la vuelta al mundo por 30 países durante 13 meses. Posteriormente un editor la contrató para que escribiese una serie de artículos sobre la colonización francesa en el norte de África. Para ello condujo miles de kilómetros junto a su amiga Undine tomando notas, aventura que no la satisfizo, más partidaria de conocer sitios que de verlos. En El Cairo las autoridades británicas la contactaron para que en Damasco averiguara “detalles” sobre las intenciones del rey Faisal en Siria, en lo que fue su primer acercamiento al mundo de la política. Rumores de la época le achacaron formar parte de la nomina del espionaje británico.

La aventura más famosa de su vida fue cruzar el desierto de Libia hasta alcanzar la ciudad prohibida de Kufra dominada por tribus fundamentalistas que la detuvieron, le robaron y la encerraron durante un tiempo. Es en el diario de viaje donde la sensación de peligro y aventura se respira en cada una de sus páginas. Fue la primera mujer no musulmana que logró penetrar en la ciudad de Kufra. Para que no faltase nada en su biografía rodó una película a la que tituló “Desde el Mar Rojo hasta el Nilo Azul” de la que hoy solo se conservan unos escasos minutos. Se volvió a casar con un militar, el coronel Arthur Thomas McGrath, que la introdujo en la Royal Geographical Society que nunca premió sus trabajos con una medalla como ella hubiese deseado.

No cesó en sus viajes hasta que el matrimonio McGrath señaló un nuevo punto en el mapa para instalarse: las Bahamas. Allí adquirieron un terreno en la inhóspita isla de Eleutera donde se construyeron una casa al estilo de los castillos del Loira dando, una vez más, rienda suelta a su afán de protagonismo. Murió sin que se le hubiesen reconocido sus muchos trabajos. En su lápida no figura epitafio alguno, si bien para ello podría haber servido su más famosa frase «El viaje perfecto nunca termina, la meta está siempre en la orilla opuesta del río, al otro lado de la siguiente montaña» Descanse en paz Joan Rosita McGrath, más conocida como Rosita la fantástica.

Nono Villalta
(Agosto 2011)


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