MARIA Y SUS ADVOCACIONES MALAGUEÑAS

Málaga ciudad fenicia, judía, mora y romana, después de tantas culturas, ante todo, ¡Es cristiana! Tierra de María Santísima cuya VICTORIA proclama.

Ella le da su ROCÍO y su novia se proclama, con un vestido muy blanco, trono de cristal y plata, resplandece como el Sol al volver de madrugada. Deja volar la PALOMA en su recoleta plaza, tintineo de rosarios cuando se cimbran las barras. Con mensajes de ESPERANZA y perfume de romero la mecen engalanada; sus morilleras son las redes en un gran barco de plata.

La SALUD va regalando para al que le haga falta, a hombro de sus hermanos con flores de cera blanca. Y su CARIDAD desgrana por las calles victorianas, por las callejas de un barrio, que son… ¡las calles de Málaga! Va calmando los DOLORES de quien a Ella se acerca, en su gran alma de Madre a sus hijos los alberga.

Siente un AMOR tan profundo por sus niños malagueños que por un momento logra, olvidar los sufrimientos. Olvidar las SOLEDADES que su alma lleva dentro, su SOLEDAD, la más grande, y en tan amargos momentos las lágrimas que derrama quiero guardar en mi pecho.

Va reclamando PIEDAD para el corazón que sangra por los agravios sufriendo. Y aquellos que la veneran le van rezando un ROSARIO.

Bajo su AMPARO divino en un domingo de palmas los chiquillos malagueños con ilusión la acompañan. Y Ella con mucho cariño los bautiza con su GRACIA. Y concede sus MERCEDES al que con arte y salero un piropo se le escapa, y al mirarle su carita, le grita que es la más guapa.

Fue quién MAYOR DOLOR sufrió, al ver como torturaban al hijo que tanto amó. Aquel que la TRINIDAD le dio, para que de Él cuidara en este mundo traidor.

Sus LÁGRIMAS Y FAVORES de las manos se le escapan, quieren llegar hasta el cielo envueltas en nubes blancas.

En su pecho rosa roja, y sus ojos de AMARGURA que al cielo eleva extasiada, quizá espera un milagro para su alma angustiada. ¡Que su GRACIA y ESPERANZA alivien esta tortura! Y las ANGUSTIAS sufridas por esta madre apenada, llevan tanto sufrimiento que nadie puede ayudarla. MI MARIA DE LA O esta virgen tan morena, esta virgen que es tan guapa, siente un dolor tan profundo que, ni los gitanos lo espantan.

Tus PENAS vas ocultando con manto de flores blancas, de purísimo azahar con fondo verde esmeralda. AMOR y DOLOR, sufriste por el hijo que te arrancan, y rompen tu corazón con los puñales de plata. Por tu CONCEPCIÓN divina más agravios has sufrido que sufriera cruel malvado, si tu hijo te nació por Espíritu engendrado, cuando eras una niña de tan solo quince años.

Bajo una luna brillante tu ESTRELLA bien arropada cubre los nombres de hombres que sus vidas te entregaran. Invocando EL DULCE NOMBRE de una madre que los guarda.

¡A ti pedimos AUXILIO en la hora no esperada! Tú que el corazón lo tienes, lleno de CONSOLACIÓN Y LÁGRIMAS. Tu AMPARO y MISERICORDIA, pueden hacer el milagro de aquel que sufre y que llora.

¡Inmenso es tu GRAN PODER! Y sin tu FE y CONSUELO, perdidos, desamparados viviremos sin aliento, aliento tan amoroso que calma el llanto nuestro.

Tu corazón ya está roto por TRASPASO y SOLEDAD mas… sin cansarte un momento no nos dejas de cobijar, y con llanto al Padre imploras que nos regale la PAZ.

Por una calle de amargura llegas al MONTE CALVARIO, rodeada de mujeres que contigo van llorando, todas quieren ser testigos de la cosa más terrible que este mundo ha contemplado. El día se hizo noche y la tierra se estremeció, cuando el Hijo del Hombre, el espíritu entregó. Noche es del Viernes Santo, la ciudad está enlutada ¡Oscuridad y silencio! Málaga tiene sordina, cuando vestida de negro, tus ojos que ya ni ven, con un gran puñal de oro, que la vida te ha quitado, clavado en el pecho llevas el dolor y la injusticia. Al compás de un tambor sordo, y arropada por rosarios, MARIA la fiel SERVITA, por su hijo va llorando.

REINA de los CIELOS eres por Málaga coronada, no nos dejes Madre mía, por tantos nombres llamada, ¡En la tierra que tú quieres, tu tierra mediterránea!

¡ALELUYA! Han pasado ya tres días ¡Y Cristo ha resucitado! María está plena de gozo. Sus ojos ciegos de luz, una sonrisa en los labios, de lapislázuli y turquesa el cielo le han recamado los que siempre están con Ella, los que no la abandonaron, son sus hijos malagueños, por Ella los más amados.

Mª Eugenia Pereiro Barbero
Enero2011