26 junio 2024

RINCÓN MUSICAL: RICHARD WAGNER

 

Richard Wagner (Leipzig, actual Alemania, 1813 - Venecia, Italia, 1883) fue un compositor, director de orquesta, poeta y teórico musical alemán.

De formación autodidacta, sus progresos en la composición fueron lentos y difíciles, agravados por una inestable situación económica y las dificultades para dar a conocer sus composiciones. Sus primeras óperas no revelaban nada del futuro arte del compositor, ya que estaban muy influenciadas por los autores de la época.

Hasta el estreno en 1843 de “El holandés errante”, una de sus obras, no encontró el compositor su voz personal y propia.

Otras obras suyas como “Tannhäuser” y “Lohengrin” señalaron el camino hacia el drama musical, la renovación de la música escénica que llevó a cabo Wagner, tanto a nivel teórico como práctico y que ya es evidente  en sus siguientes partituras: “El oro del Rin” (primera parte de la tetralogía El anillo de los nibelungos) y “Tristán e Isolda”.

Aunque Wagner prácticamente sólo compuso para la escena, su influencia en la música es un hecho incuestionable. Las grandes corrientes musicales surgidas con posterioridad, encuentran en Wagner su verdadero origen, hasta el punto de que algunos críticos sostienen que toda la música contemporánea nace de la armonía, rica en cromatismos y en disonancias no resueltas, de “Tristán e Isolda”.

La aportación wagneriana no sólo fue revolucionaria en el aspecto formal, sino que también dejó una impronta duradera. Su gran aspiración no era otra que la de lograr la Gesamtkunstwerk, la «obra de arte total» en la que se sintetizaran todos los lenguajes artísticos.

Sus ideas tuvieron tantos partidarios como detractores. Uno de sus más entusiastas seguidores fue el rey Luis II de Baviera, gracias a cuya ayuda económica el músico pudo construir el Festspielhaus de Bayreuth, un teatro destinado exclusivamente a la representación de sus dramas musicales, cuya complejidad superaba con mucho la capacidad técnica de las salas de ópera convencionales.

En 1876 se procedió a su solemne inauguración, con el estreno del ciclo completo de “El anillo de los nibelungos”.

Wagner dedicó los últimos años de su vida a concluir la composición de “Parsifal”

 

Tannhäuser
“Tannhäuser y el torneo de trovadores del castillo de Wartburg” (su título completo) es una de las obras más populares de Wagner.  Mal acogida en su estreno en Dresde, en 1845, es una ópera en tres actos, con música y textos en alemán escritos por el propio Wagner, basados en antiguas leyendas alemanas, relacionadas con la lucha entre el amor sagrado y el amor profano.

La trama combina dos leyendas medievales alemanas: la historia del caballero cruzado Tannhäuser que, tras habitar en el sensual Venusberg (“El monte de Venus”) buscó la redención papal, y la del Minnesänger Heinrich von Ofterdingen, que participó en el torneo de cantores del castillo de Wartburg. A través de ambas se representa la lucha del protagonista entre el mundo del placer del reino de Venus y el orbe del arrepentimiento piadoso de los peregrinos y los caballeros; junto a ello se sitúa el sacrificio de su enamorada Elisabeth que le permitirá alcanzar la redención más allá de la muerte.

CORO DE LOS PEREGRINOS

Es una de las piezas más populares y conocidas de Tannhauser, y podemos escucharlo al final  del segundo acto.

El coro masculino, de cuatro voces a capella, formado por los peregrinos que, a lo largo de la obra, van y vienen de Roma en peregrinación para expiar sus pecados,  requiere de una gran masa coral bien empastada, dúctil (desde el sottovoce a una sonoridad explosiva) y de tesitura amplia. La melodía, es de una gran sobriedad y fervoroso texto. 




Nuni Yáñez y José Ramón Vega


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