Artículo de Sandra Soler Campo, Profesora de didáctica musical, Universitat de Barcelona y Elia Saneleuterio Temporal, Profesora del Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura, Universitat de València. Publicado en la revista digital The Conversation
En
la Venecia del siglo XVII las mujeres tenían acceso limitado a la educación
formal y a la instrucción musical. La interpretación y la composición estaban
dominadas por hombres, y que ellas participasen de forma activa en el escenario
musical era inusual.
Pero
una mujer desafió esta norma al destacar como cantante y como
compositora,
superando la resistencia y la desaprobación social asociada con aquellas que
buscaban una carrera musical.
Barbara
Strozzi nació el 6 de agosto de 1619 en la ciudad italiana, donde consiguió
erigirse como una destacada compositora y cantante del período barroco. Su
infancia y formación están envueltas en cierto misterio, y su vida temprana
estuvo marcada por circunstancias peculiares. Barbara era hija ilegítima
de Giulio Strozzi, un poeta y libretista veneciano que, en
lugar de ocultar su origen, la reconoció y la educó junto a sus tres hijos
legítimos.
Giulio
Strozzi desafió así las convenciones sociales al proporcionarle a Barbara una
formación sólida y alentadora. Le brindó acceso a la biblioteca de la familia y
le permitió participar en el mundo cultural y artístico que florecía en Venecia
durante el siglo XVII. La ciudad era un centro crucial para la música barroca,
y Barbara Strozzi tuvo la oportunidad, desde niña, de absorber la rica
tradición musical que la rodeaba.
Su
educación musical se vio fortalecida por la tutela del compositor Francesco Cavalli, un influyente músico de la época.
Cavalli trabajaba en San Marcos, la famosa basílica de Venecia, desde donde
brindó a Barbara instrucción formal en composición y canto. Este apoyo fue
fundamental para su desarrollo artístico y la consolidación de sus habilidades
musicales.
Un aspecto distintivo
Con
esta excelente formación, Barbara Strozzi emergió como una talentosa cantante y
compositora, destacándose por sus habilidades excepcionales. Su música, en su
mayoría vocal, abarcaba una variedad de géneros, desde arias líricas
hasta madrigales y cantatas. Sus composiciones se
caracterizan por su expresividad, originalidad y complejidad técnica y
evidencian su maestría en el manejo de la forma musical y su gran capacidad
para explorar las emociones.
Como
soprano, ella misma interpretó muchas de sus composiciones, lo que añadió una
dimensión única a su obra. Sus habilidades como cantante influyeron en la forma
en que concebía y escribía la música vocal, y su enfoque en la expresividad
vocal se convirtió en una marca distintiva de su estilo.
Además de su habilidad técnica, Barbara Strozzi también destacó
por su capacidad para fusionar elementos de la tradición musical italiana con
su propia originalidad. Sus composiciones eran innovadoras y reflejaban la
influencia de compositores contemporáneos, al tiempo que mantenían una
identidad única: fue capaz de capturar la esencia del periodo barroco mientras
dejaba su propia marca en el paisaje musical de la época.
Abriendo caminos
A pesar de su
valía, hubo de enfrentar numerosas dificultades inherentes a su condición de
mujer en el siglo XVII. Como se recoge en Mujeres músicas. Dificultades,
avances y metas a alcanzar en el siglo XXI, las restricciones de género han impuesto en cada época
diferentes barreras significativas en el acceso a la educación musical, la
participación en el ámbito profesional y la publicación.
Uno de los aspectos más notables de la contribución de Barbara
Strozzi fue, sin duda, su capacidad para forjar un camino en un mundo musical
dominado por hombres.
También hubo de superar el estigma femenino del mundo artístico,
puesto que entonces se tendía a vincular la creatividad artística con la
masculinidad. Esto generaba desconfianza y escepticismo hacia las mujeres que
se destacaban en campos como la música. Al desafiar estas expectativas, Strozzi
se enfrentó a críticas y prejuicios por parte de quienes no quisieron aceptar
que una mujer pudiera tener un impacto significativo en el ámbito artístico
público. Era en la esfera privada donde se esperaba socialmente que las mujeres
se desarrollaran, algo que Barbara Strozzi nunca estuvo dispuesta a asumir.
De hecho, a diferencia de muchas mujeres de su tiempo y gracias a su habilidad y determinación, logró publicar ocho colecciones de música. Esto consolidó su prominencia, dado que sus composiciones eran innovadoras y expresivas. Gracias a estas publicaciones se garantizó que en la actualidad podamos conocer su estilo musical y escuchar su personalísima y original obra, tanto por los textos y temas como por la música.
Una figura de referencia
Además de su carrera musical, Barbara Strozzi fue conocida por su
belleza y por ser la musa de varios poetas y artistas de la época. Esta
dualidad entre su talento musical y su atracción personal contribuyó a su
singularidad. Su vida y obra inspiraron a generaciones posteriores, abriendo
puertas y allanando el camino para que las mujeres destacaran en un campo
históricamente dominado por hombres.
En la
actualidad, y más cumplido su cuarto centenario, no resulta extraño ver
programadas obras de Barbara Strozzi en conciertos de música antigua. En 2019,
cuando se cumplían 400 años de su nacimiento, la escritora Mar Busquets-Mataix
publicó la novela La voz y el agua, en la que se destacan su valía musical como cantante y
compositora, pero también su valentía y el carácter visionario de su figura.
No cabe duda de que Barbara Strozzi ha dejado una marca indeleble
en la historia musical del barroco.
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