Artículo de Lorenzo
Antonio Justo Cousiño, Profesor de la Facultad de
Fisioterapia. Fisioterapeuta, Doctor en Neurociencia, Universidade de Vigo.
Publicado en la revista digital The Conversation
Si
se encuentra en España, la respuesta a la pregunta del titular es clara: al
fisioterapeuta. Como explica el Colexio Oficial de Galicia (COFIGA), la osteopatía
no está catalogada como profesión sanitaria a nivel legislativo, ni es
una titulación oficial.
Partiendo
de esta base, ningún curso o certificación en osteopatía –u otras formaciones,
como quiropraxia– autorizará para abrir un centro sanitario. Legalmente, estas
técnicas deben ser ejercidas por un/una fisioterapeuta, ya que en caso contrario se incurre
en intrusismo.
Para
aclarar posibles confusiones, se ha puesto en marcha el proyecto iKono. Se trata de colocar una cruz fucsia en la fachada
(algo similar a la cruz verde de las farmacias) que identifique las clínicas de
fisioterapia y garantice a los ciudadanos que acuden a un centro sanitario, en
vez de un falso profesional.
El cuerpo humano como un todo
La
osteopatía surgió en Estados Unidos en el siglo XIX como un sistema de tratamiento
aplicado con las manos, lo que en parte explica su habitual asociación con la
fisioterapia. La Real Academia Nacional de Medicina de
España la
define como una corriente que acepta la metodología de la medicina científica y
se focaliza en la corrección de alteraciones mecánicas utilizando diversas
técnicas manuales.
Para
los osteópatas, el cuerpo humano es una unidad funcional donde todo se
encuentra interconectado y con capacidad de autocuración. Esta visión global de
nuestro organismo no es exclusiva de la osteopatía (que en ocasiones publicita
como propia), ya que otras profesiones sanitarias adoptaron también desde hace
tiempo una perspectiva más amplia. Un ejemplo es el enfoque biopsicosocial.
¿Terapia o pseudoterapia?
A
día de hoy, el debate sobre su respetabilidad científica está lejos de haberse
zanjado. Sin ir más lejos, el Ministerio de Sanidad mantiene a la osteopatía en
evaluación como técnica susceptible de considerarse una pseudoterapia. No obstante,
se trata de un listado extenso y en borrador donde aparecen disciplinas más
aceptadas como la hidroterapia o el pilates.
Más
claro lo tienen el Grupo de Investigación en Comunicación Científica (GRECC), para cuyos expertos entra sin duda en la
categoría de pseudociencia, y la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias
Pseudocientíficas,
que la describe como una pseudoterapia que se encuentra en un vacío legal en
España. Concretamente, destaca que la osteopatía visceral y craneosacra (basada
en modificación de movimientos viscerales y craneales) carece por completo de
base científica.
Una reciente publicación de International Journal of Osteopathic
Medicine daba
argumentos a estas tesis destacando algunas debilidades de la osteopatía, como
la predilección por mecanismos de acción inverosímiles para sus técnicas y unas
bases teóricas débiles.
En
el otro lado de la balanza, hay una clara aceptación de la osteopatía como
parte de la fisioterapia en organizaciones colegiales de
fisioterapia y
el ámbito clínico. De hecho, su formación está extendida en el sistema
universitario.
Muestra de este enconado debate son el libro Osteopatía, ¡vaya timo!, del fisioterapeuta Rubén Tovar Ochovo, y
el informe emitido como respuesta desde el Registro de Osteópatas titulados en
Fisioterapia de España (ROFE).
Situación legal: ¿quién puede ejercer la osteopatía?
El
derecho a ejercer la profesión depende de la normativa de cada país. En Estados
Unidos, la formación está equiparada a la de
medicina.
Un ejemplo de ello se vio claramente durante la pandemia de covid-19, cuando
apareció en los medios de comunicación el
médico-osteópata del expresidente Donald Trump.
Al
igual que sucede en otros países de habla hispana, y como apuntamos
anteriormente, en España no existen títulos oficiales de
osteópata,
masajista, quiromasajista o naturópata. Pero como figura en el Libro Blanco del Título de Grado en Fisioterapia, dentro de la formación del
fisioterapeuta se encuentran métodos específicos como la osteopatía y otras
terapias manuales. De todos modos, la formación específica se realiza
principalmente en estudios de posgrado.
¿Debería cobrar más un fisioterapeuta por una sesión
de osteopatía?
No
hay ningún motivo que lo justifique. Los fisioterapeutas realizan una extensa
formación de posgrado en otros ámbitos como fisioterapia deportiva,
fisioterapia respiratoria, fisioterapia uroginecológica o en terapia manual sin
aumentar la minuta por ello. Además, ese sobreprecio puede generar la idea
errónea de que la fisioterapia es inferior a la osteopatía, cuando en realidad
no se puede ejercer la osteopatía sin estudiar fisioterapia en la universidad.
A
modo de ejemplo, una de las técnicas más llamativas en la osteopatía son las
manipulaciones con impulso: maniobras rápidas que se asocian muchas veces a un
chasquido articular. Estas técnicas, que a veces se llaman manipulaciones
osteopáticas, en quiropraxia reciben el nombre de ajustes quiroprácticos y en
fisioterapia, de forma genérica, manipulación o técnicas de alta velocidad y corta amplitud. No son, pues, un invento de la osteopatía
o la quiropraxia. De hecho, algunos escritos desvelan que se utilizaron
incluso antes de los tiempos de Hipócrates (siglo V a. e. c.).
Considerando todo lo expuesto, resulta complicado dictaminar fehacientemente si la osteopatía debe o no formar parte de la fisioterapia. Lo que deben tener en cuenta los fisioterapeutas, basándose en la evidencia, es que aunque el efecto de una técnica sea biológicamente viable, no constituye una prueba de que dicho efecto exista en verdad. No solo se deben comprender los mecanismos de una técnica o método, sino demostrar que un tratamiento realmente funciona.
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