NO ME MIRES ASI
Hace
años que no nos observamos despacio. Me ha costado reconocerme y reconocerte. No
quiero mortificarme con esta imagen casi desconocida que me devuelven tus ojos y por eso te evito. Últimamente
nuestros encuentros se han vuelto fugaces.
El
tiempo y mis arrugas también son las tuyas: mi desgaste se ha convertido en
vejez y el tuyo acumula ramilletes negros multiformes.
Me
viste crecer y presumir de juventud mientras posaba orgullosa siempre a la última
moda. Te iluminabas conmigo y ahora, también conmigo, te has vuelto opaco. Siempre
frente a mí, nunca a mi lado.
Sabes
más de mi vida que yo misma: Testigo incondicional cuando me secaba las
lágrimas o sonreía de alegría. Un cómplice silencioso que no juzgaba, sólo esperabas paciente volver a verme con
otro semblante.
En
los cuentos infantiles te traspasan para vivir en otros mundos y hasta te
llaman mágico. En la vida real, con la inevitable pátina del tiempo, me
gustaría ver cumplido un deseo: Espejo, espejito, el mañana ya es hoy, por eso te
pido que no me mires así.
Esperanza Liñán Gálvez
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor: Se ruega no utilizar palabras soeces ni insultos ni blasfemias, así todo irá sobre ruedas.
Reservado el derecho de admisión para comentarios.