Hace aproximadamente dos semanas que
falleció nuestro compañero y colaborador de Amaduma, Rafael Muñoz y en todo ese
tiempo he querido dedicarle unas líneas de recuerdo y cariño hacia su persona,
y cada vez que he intentaba hacerlo un nudo en la garganta me impedía
continuar.
Rafael reunía
todas las cualidades con las solíamos definir a los caballeros. Hombre afable, generoso, perfeccionista en su
tarea, cabal en su comportamiento, aportando su ayuda a la Asociación pero
siempre en la sombra, de una rectitud intachable y una bondad que transmitía a
todos los que le rodeábamos.
Cómo lamento
que la vida le haya vuelto la espalda cuándo él la quería tanto, tanto como a
Mari, que era su soporte y la ilusión que le mantenía en pié.
Deja entre
nosotros, y sé también que entre todos los que le conocieron, el poso de su
bondad, de su bien hacer en su paso por este mundo. Siempre te recordaremos con
todo cariño, Rafael, amigo. Descansa en paz.
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