Lo bautizaron como Pablo Diego José Francisco
de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Cipriano de la Santísima
Trinidad. Se apellidaba Ruiz Picasso, y prescindió de la hojarasca nominal para pasar a la historia solo con el apellido
materno. La madre, María Picasso López, era de origen italiano; el padre, José
Ruiz Blasco, trabajaba como profesor de pintura en la Escuela de Bellas Artes
de Málaga y conservador del Museo Municipal. Vivió, desde su nacimiento en 1881
hasta 1891, en la Plaza de la Merced de la que se despide cuando el padre
acepta un puesto docente en la Escuela de Bellas Artes de La Coruña. Esta
ciudad, precisamente, se ha unido a los 50 eventos programados este año, con
una exposición titulada “Picasso blanco en el recuerdo azul”.
En 1895 la familia se instala definitivamente en
Barcelona. En 1897 el joven Pablo pasa fugazmente
por Madrid para estudiar en la Academia
de Bellas Artes de San Fernando. En Barcelona frecuenta el café Els Quatre Gats donde conoce a Santiago
Rusiñol, Ramón Casas, Joaquín Mir y otros artistas y bohemios a los que
retrata.
Tras otra breve estancia en Madrid, en 1904 se
instala en Paris en el barrio de Montmartre. Conoce al poeta Apollinaire y a la
escritora americana Gertrude Stein, a la que retrata en 1906. Conviene recordar
que ella opinó que “el retrato no se le parecía nada” y que él respondió que ya
se le parecería con el tiempo. Lo cierto es que el controvertido retrato es el
primero en marcar un determinado estilo que repetirá desde entonces. Es su
época de saltimbanquis, arlequines y vagabundos en lo que se denominará Periodo Rosa por su paleta de colores
pastel que contrasta con la anterior donde predomina el azul.
Y en el año 1907 pinta Las señoritas de Aviñón (*), que marcará su tránsito hacia el
cubismo . El estudio de las obras de Cezanne, Matisse e Ingres y del arte
africano está en la base de esta pintura cuyas transgresiones formales la hacen
incomprendida y rechazada.
En 1917, olvidada su etapa cubista, proyecta
diversas escenografías y vestuarios para el ballet ruso de Diaghilev, y se casa
con una de sus bailarinas Olga Khohlova. Inicia la etapa de cierto
neoclasicismo con figuras colosales como Dos
mujeres corriendo en la playa (1922)
y La flauta de Pan (1923). Su interés
por el arte primitivo lo implica en esculturas redondeadas y torsiones
plásticas. No deja de experimentar y así, en los años 30, llega a las series
dedicadas a la Tauromaquia y el Minotauro. Y los mitos y alegorías del amor y
la muerte resuenan en los deslumbrantes grabados de la Suite Vollard (1930-37)
El gobierno español le encarga un mural para la
Expo de París de 1937. El bombardeo de la villa de Guernica motiva al pintor
que termina una obra de grandes dimensiones en menos de un mes tras 70 dibujos
y bocetos previos en un proceso que fotografió su pareja, Dora Maar. Hay
referencias a pinturas de David, de Grünewald, de Delacroix, de Rubens y de
Goya, y aún siguen las conjeturas sobre la interpretación de sus figuras que
Picasso no reveló nunca. Entre 1940 y 1985 el cuadro estuvo en el MoMA de Nueva
York. En Madrid se instala en el Casón del Buen Retiro, y once años después,
pasa definitivamente al Museo Reina Sofía, donde ocupa una sala preferente.
(*) Se dice que Les demoiselles de Avignon debe titularse, en realidad, Las señoritas de Avinyó, en referencia a
un burdel que había en esa calle de Barcelona y cuyas pupilas representó
Picasso, algunas con rostro de máscara africana.
JOSÉ RAMÓN TORRES GIL.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor: Se ruega no utilizar palabras soeces ni insultos ni blasfemias, así todo irá sobre ruedas.
Reservado el derecho de admisión para comentarios.