Artículo de Raquel
Leirós Rodríguez, profesora ayudante Doctor en Fisioterapia, Universidad de
León. Publicado en la revista digital The Conversation
En
la sociedad actual, gran parte de las actividades laborales se realizan en
entornos de oficina, lo que implica largas horas sentados frente a un
escritorio. El sedentarismo y las malas posturas adoptadas durante estas
jornadas pueden tener efectos negativos en la salud y el bienestar de los
trabajadores.
Es
aquí donde la ergonomía del trabajo de oficina desempeña un papel
fundamental, buscando optimizar el entorno laboral y
promover posturas adecuadas para minimizar riesgos para la salud, prevenir lesiones y mejorar la productividad .
Sillas ergonómicas y escritorios ajustables en altura
Una
de las principales maneras de alcanzar estos objetivos es mediante un mobiliario adecuado. El uso de sillas
ergonómicas y escritorios ajustables en altura permite adaptar el espacio a las
características físicas de cada persona.
Concretamente,
las sillas ergonómicas están diseñadas para proporcionar comodidad y soporte a
largo plazo. Es importante que las sillas sean:
·
Ajustables
en altura, para que los pies estén firmemente apoyados en el suelo y las
rodillas formen un ángulo de 90 grados;
·
con
respaldo reclinable y con soporte lumbar para mantener una postura adecuada;
·
con
reposabrazos ajustables en altura y anchura: los codos deben estar cerca del
cuerpo y los antebrazos deben estar paralelos al suelo;
·
de
material acolchado, para brindar comodidad y reducir la presión sobre las áreas
de contacto;
·
con
base estable y con ruedas que permitan un movimiento suave y seguro.
Los
escritorios también deben ser ajustables en altura, porque permiten a los
trabajadores cambiar entre estar sentados y de pie. Eso
ayuda a evitar el sedentarismo y reduce el riesgo de problemas de salud relacionados con estar sentado durante
largos períodos.
Un
escritorio bien ajustado en altura debe permitir al trabajador colocar sus
antebrazos y manos en una posición cómoda mientras utiliza el teclado y el
ratón. Además, también debe permitir que la pantalla del ordenador esté a la
altura de los ojos para evitar tensiones en el cuello y la espalda.
Las
bandejas para teclado y ratón deben ser asimismo ajustables en ángulo e
inclinación para permitir una posición neutral de las muñecas y evitar el
desarrollo de trastornos musculoesqueléticos como el síndrome del túnel carpiano.
Tampoco
está de más utilizar los monitores de pantalla ajustables en altura y ángulo de
inclinación para que la parte superior de la pantalla esté a la altura de los
ojos. Esto ayuda a mantener una postura adecuada del cuello y reduce
la fatiga visual.
Colocarlo todo al alcance
Organizar el área de trabajo de manera eficiente,
colocando los elementos necesarios al alcance y evitando movimientos
repetitivos innecesarios, ayuda a prevenir lesiones y facilita la realización
de tareas.
En
este sentido, resulta útil distribuir de manera eficiente del mobiliario, de
manera que permita un flujo de trabajo óptimo y minimizar los movimientos repetitivos
innecesarios.
Para
lograrlo resulta muy útil:
·
Colocar
los elementos más utilizados dentro del alcance fácil del usuario para evitar
estiramientos y movimientos excesivos;
·
posicionar
el teclado, el ratón y los documentos de trabajo en línea recta frente al
trabajador para evitar torceduras o giros innecesarios del cuerpo;
·
mantener
suficiente espacio libre debajo del escritorio para permitir el movimiento de
las piernas y la colocación adecuada de los pies.
Otro
aspecto a tener en cuenta la iluminación. No tener luz suficiente ni adecuada
al trabajo de oficina puede afectar a la visión,
la fatiga ocular y el estado de ánimo de los empleados. Suele
funcionar bien una combinación de luz natural y artificial. Además, conviene
ajustar la intensidad de la iluminación según las tareas realizadas y las
preferencias individuales. Y, por supuesto, evitar deslumbramientos y reflejos
en las pantallas colocando adecuadamente las fuentes de luz y usando persianas
o cortinas.
Cada cosa en su lugar
En
este sentido viene muy bien contar con medidas y pautas específicas de
organización y almacenamiento. Mantener el espacio de trabajo ordenado y
organizado no solo mejora la eficiencia, sino que también reduce el riesgo de accidentes y lesiones.
Se
recomienda utilizar cajones, estantes y archivadores cercanos al área de
trabajo para almacenar y tener acceso rápido a documentos y suministros.
También resulta muy útil etiquetar y clasificar los archivos y materiales para
facilitar la búsqueda. Sin olvidarnos de eliminar objetos innecesarios o poco
utilizados para mantener el espacio de trabajo despejado.
Actualmente,
también se recomienda contar con zonas de descanso y movilidad, dotadas con
sillas y mesas cómodas, para permitir pausas adecuadas que alivien la tensión
acumulada. Si es posible, incluso con áreas destinadas a hacer estiramiento o
ejercicios físicos breves para fomentar la actividad y reducir el sedentarismo.
No hay que olvidar que los descansos activos ayudan a mejorar la circulación
sanguínea y aliviar la tensión muscular.
Todos
los aspectos descritos fomentan que los trabajadores adopten posturas adecuadas
durante su jornada laboral. De esta forma, puede reducirse el negativo impacto
socioeconómico de alteraciones como el dolor de espalda, los problemas musculares y
la fatiga crónica.
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