EN
EL LARGO ÉXODO TE AMO MÁS
En el largo éxodo te amo más.
Dentro de poco cerrarás la ciudad
yo no tengo corazón en tus manos
ni camino que me lleve,
en el largo éxodo te amo más.
El granado de nuestro honor, después de tu pecho,
ha perdido su savia.
Leves son las palmeras, las colinas,
nuestras calles en el crepúsculo
y la tierra cuando se despide de su tierra.
Leves son las palabras y los cuentos
sobre las escaleras de la noche.
Pero mi corazón es pesado.
Déjalo allí.
Aullando en torno a tu casa y
llorando los bellos días.
No tengo más patria que ella.
Al partir te amo más
vacío el alma de las últimas palabras: te amo más.
Al partir, las mariposas guían nuestras almas.
Al partir nos acordamos de un botón de la camisa
perdido y
olvidamos la corona de nuestros días.
Recordamos el olor del sudor
con perfume de melocotón y olvidamos
la danza de los caballos en la noche de bodas.
Al partir nos igualamos al pájaro,
nos apiadamos de nuestros días y
nos contentamos con poco.
Me basta de ti el puñal dorado que hacía danzar
mi corazón moribundo.
Mátame lentamente y diré: te amo más de lo que
dije antes del éxodo. Te amo.
Nada me causa dolor,
ni el aire ni el agua ni la albahaca en tu mañana
ni el lirio en tu tarde me causa dolor después de
este éxodo.
De Once Astros, 1992
Traducción: María Luisa Prieto
Mahmud
Darwish es uno de los más célebres literatos árabes
contemporáneos. Nació en Birwa, una pequeña aldea de Galilea, situada a nueve
kilómetros de Acre, donde sus padres poseían unas tierras que cultivaban para
poder vivir. En 1948, tras la retirada de las tropas británicas de Palestina y
la implantación del Estado de Israel, su familia –como miles de familias
palestinas- se vio obligada a huir de su casa para salvar la vida.
Después estuvo viviendo en clandestinidad en su propio país; cuando tuvo que exiliarse
residió sucesivamente en El Cairo, Beirut, Túnez, Moscú, Paris y Londres. En
los años 90 regresó a su tierra y ocupó cargos importantes en el Departamento
de Cultura llegando a fundar la revista Al-Karmel.
En su obra, Palestina
se convierte en una metáfora de la pérdida del Edén, del nacimiento y la
resurrección, así como de la angustia por el despojo y el exilio. En sus textos
se conjuga la proclama política, la situación social de guerra constante y el
riquísimo simbolismo de oriente. En una primera etapa, que abarca de 1966 a
1986, su obra responde de una manera inmediata a las acuciantes necesidades de
denuncia de la tragedia palestina, si bien la búsqueda formal y la renovación
de los modos poéticos árabes están siempre presentes en su obra. A partir de
1995 Darwish se afianza en la escritura de una poesía de introspección
metafísica que ya venía ensayando desde el fin del anterior periodo. Para ello
se inspira en su más profunda intimidad, aunque no podrá desgajar
elementos míticos o históricos.
Entre los árabes,
está considerado un clásico. Darwish no sólo es uno de los más grandes poetas
árabes sino también una leyenda viva: sus libros circulan a millares por todos
los países árabes y los estadios se llenaban para escuchar sus recitales
poéticos, acontecimientos irrepetibles que nadie quería perderse.
Falleció en Houston, Estados Unidos en agosto de 2008.
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