Si
alguien llama a tu puerta
Si
alguien llama a tu puerta, amiga mía,
y algo en tu sangre late y no reposa
y en tu tallo de agua, temblorosa,
la fuente es una líquida de armonía.
Si
alguien llama a tu puerta y todavía
te sobra tiempo para ser hermosa
y cabe todo abril en una rosa
y por la rosa desangra el día
Si
alguien llama a tu puerta una mañana
sonora de palomas y campanas
y aún crees en el dolor y en la poesía
Si
aún la vida es verdad y el verso existe.
Si alguien llama a tu puerta y estás triste,
abre, que es el amor, amiga mía.
Gabriel
García Márquez. (6 de marzo de 1927, Aracataca,
Colombia - 17 de abril de 2014, México D.F.). Escritor y periodista colombiano.
Su primera
obra, La hojarasca, se publica
en 1955. Después de unos años viajando por Europa escribe El coronel no tiene quien le escriba y La mala hora (publicadas en 1961 y
1962, respectivamente).
Unos años después, en
1967, publica la que pronto se convierte en su obra más conocida, y a cuya
escritura dedica más de un año de intenso trabajo: Cien años de soledad. El éxito es inmediato, agotándose la primera
edición en apenas unos días.
De vuelta a Europa (Barcelona) donde vive de 1968 a 1974, allí escribirá El otoño del patriarca (publicado
en 1975) y cuentos como Isabel
viendo llover en Macondo (1968) o Relato de un náufrago (1970).
En 1982 recibe el
Premio Nobel de Literatura y más adelante escribe El amor en los tiempos del cólera (1985), El general en su laberinto (1989)
y Doce cuentos peregrinos (1992).
Tras obras como Del amor y otros demonios (1994)
y Noticia de un secuestro (1996)
publica en 2002 Vivir para contarla,
donde narra aspectos biográficos de su infancia y juventud. Sus últimas obras
publicadas son Memoria de mis putas
tristes (2004) y Yo no
vengo a decir un discurso (2010).
En sus inicios
literarios, mucho antes de dedicarle tiempo completo al cuento y la novela,
Gabriel García Márquez escribía poemas. Al principio eran sátiras en verso
dedicadas a sus compañeros de clase en el colegio, pero luego sus poemas se
volvieron canciones a la nostalgia y el amor.
Años después, cuando
los sonetos fueron reemplazados por la narrativa, la poesía siguió estando
presente en toda la obra de García Márquez como una herramienta fundamental en
la creación de la ficción.
En el discurso leído durante el banquete de
celebración del Premio Nobel, diciembre de 1982, hizo un brindis por la poesía:
“En
cada línea que escribo trato siempre, con mayor o menor fortuna, de invocar los
espíritus esquivos de la poesía, y trato de dejar en cada palabra el testimonio
de mi devoción por sus virtudes de adivinación y por su permanente victoria
contra los sordos poderes de la muerte”.
También en una de sus reflexiones dejó dicho:
“Tengo
la tendencia a ir convirtiendo el relato y la novela en poesía. Una aspiración
a mi trabajo es el de encontrar más soluciones poéticas que soluciones
narrativas”.
Morirá en México D.F. el 17 de abril de 2014.
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