11 marzo 2023

UN POEMA PARA EL SÁBADO: PAUL VERLAINE

 

LA LUNA BLANCA

 

La luna blanca

luce en los bosques;

de cada rama

parte una voz

bajo el ramaje...

 

Oh, bien amada.

 

El estanque refleja,

profundo espejo,

la silueta

del sauce negro

donde el viento llora.

 

¡Soñemos, es la hora!

 

Un vasto y tierno

sosiego

parece descender

del firmamento

que el astro irisa.

 

Es la hora exquisita.

 

 

 

Paul Verlaine (Metz, 1844 - París, 1896) Fue uno de los poetas más influyentes de la literatura francesa del siglo XIX y uno de los máximos exponentes del movimiento simbolista. Entre sus obras destacan:  “Poèmes saturniens” (Poemas saturnianos),  “Fêtes galantes” (Fiestas galantes) y “Romances sans paroles” (Romances sin palabras). En ellos utiliza una gran variedad de técnicas literarias, como el verso libre y la repetición de palabras y frases, creando una sensación de ritmo y musicalidad en sus versos.

En 1870, Verlaine contrajo matrimonio con la adolescente Mathilde Mauté de Fleurville. Ese mismo año publicó su colección de poemas titulada “La Bonne Chanson”. En ellos describe con un enorme intimismo, cargado de emotividad, su encuentro con la amada, los paisajes en los que se desarrolla su amor y la unión con Mathilde.

El entusiasmo amoroso, la serena melancolía y el deseo de atrapar esos instantes que se presumen irrepetibles, dominan los versos de Verlaine. Uno de estos poemas, “La Lune Blanche” (La luna Blanca), es un buen ejemplo de ello. En sus breves estrofas el poeta refleja la apacible quietud y belleza de la naturaleza, como metáfora de los propios sentimientos que estaba viviendo, y define como “hora exquisita” ese momento de “vasto y tierno sosiego” en que se encontraba su alma.

Curiosamente, ese idílico bienestar descrito por Verlaine duraría poco tiempo. Exactamente hasta 1871, cuando conoció en París al joven poeta Arthur Rimbaud, con quien iniciaría una relación amorosa que culminaría en 1872, fecha en que abandonó a su esposa y a su hijo recién nacido y se fue a vivir con aquél.

Fueron numerosos los músicos que quedaron atrapados por la poesía de Verlaine y utilizaron sus versos para componer canciones, muchas de las cuales constituyen algunas de las piezas más emblemáticas de la música francesa de principios del siglo XX.

En concreto, el poema “La Lune Blanche” fue objeto de múltiples versiones.

 


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