EL CULTURAL.- Undécima entrega: Vermeer

     Solo existen 35 pinturas atribuidas oficialmente a Johannes Vermeer. La exposición, inaugurada en el Rijksmuseum (*) de Amsterdam el 10 de febrero, ha reunido 28 procedentes de 9 museos distintos, tales como la National Gallery de Londres, el Louvre de Paris o el Metropolitan de Nueva York. Este esfuerzo ha hecho posible reunir las grandes obras del maestro holandés, desde sus primeros lienzos a su legendario Vista de Delft y casi toda su producción de interiores serenos e íntimos entre los que destacan La lechera, El astrónomo, La encajera o La joven de la perla (**)

      Johannes Vermeer (1632-1675) nació en Delft (Países Bajos), ciudad famosa por su cerámica azul, Es uno de los pintores más valorados en la actualidad, aunque hasta la mitad del s.XIX era prácticamente un desconocido. De hecho, cuando se construyó el Rijksmuseum no ocupó sino una pequeña esquina. El enigma comienza en su vida privada pues no hay cartas ni diarios suyos, Hijo de un tejedor de seda protestante, se casó a los 21 años con una joven católica con la que tuvo once hijos, y con la que vivió en casa de su suegra, una mujer adinerada, en el barrio católico. Casa y calle inmortalizados en el cuadro La callejuela que forma parte de la muestra inaugurada. Sus modelos, casi siempre mujeres, debieron ser su mujer, sus dos hijas mayores, y su sirviente Tanneke.

      Otro de los enigmas de Vermeer es su escasa producción, Pintaba una media de dos cuadros al año. Reflexionaba mucho sobre lo que pintaba y cómo lo pintaba, y estaba constantemente experimentando y cambiando de opinión. Prácticamente no salió de Delft y sus mayores coleccionistas, dueños de al menos 20 vermeers, fueros los Van Ruijven, del gremio de los panaderos, mecenas de la clase alta. Vivió bien, pero murió arruinado dejando deudas a su esposa e hijos.

      La belleza de sus cuadros es el resultado de la unión magistral y mágica de color y luz. Es un placer descubrir los colores de su obra y cómo los combinaba de forma sorprendente. Era un gran amante del azul ultramarino que se obtenía del lapislázuli que costaba más que el oro pues se importaba de Afganistán. En cuanto a la luz, diurna y natural, entra en sus cuadros por unas ventanas situadas siempre a la izquierda y baña cada uno de los detalles de la escena y cada uno delos objetos que aparecen meticulosamente en sus composiciones. Su estudio estaba orientado al norte, donde la luz es más objetiva y no tan intensa.

(*) Se construyó en 1880 y se amplió entre 2007 y 2013, con un delicado esfuerzo de los arquitectos sevillanos Cruz y Ortiz, expertos en este tipo de trabajos. A ellos se debe la transformación del estadio madrileño de “La Peineta” en el actual “Wanda Metropolitano” y la ampliación del Ayuntamiento de Ceuta en 1984. Como grandes obras de nueva planta, la “Estación de Santa Justa” en Sevilla, y el “Museo de la Evolución Humana” en Burgos.

(**) Con este título, Tracy Chevalier publicó una novela en 1999 que fue llevada al cine en el 2003, interpretada por Scarlet Johanson en el papel de la criada retratada con la perla en la oreja, y Colin Firth en el de Vermeer. El film se rodó en Delft con una cuidada ambientación artística y cierto respeto por la figura del pintor.

JOSÉ RAMÓN TORRES GIL