04 octubre 2022

RESULTADOS ESCOLARES E INFLUENCIAS FORMATIVAS

 

Una de las señas de identidad de la estación otoñal es la gozosa vuelta de los niños, los jóvenes, los adultos y los mayores, a las aulas escolares de la educación y el aprendizaje. Paralelamente a esta alegre dinámica, van apareciendo numerosos artículos en el entorno mediático, en los que se analizan y comparan los niveles educativos de los alumnos, sean españoles o de cualquier otra nacionalidad. En la conclusión de los datos, positivos o más precarios, con respecto a un colectivo de alumnos, suele llegarse casi siempre a una repetida conclusión: los medios y los recursos de que disponen los centros educativos influyen, de una manera decisiva, en la calidad formativa de esos y otros alumnos que siguen una enseñanza reglada por parte de la administración.

Como consecuencia, los editorialistas y analistas de esta importante temática ponen el acento en reclamar y exigir a las diversas administraciones educativas que dediquen más partidas de los presupuestos, a fin de mejorar ese nivel formativo que siempre se considera factible de cambiar, para lustrar las tablas estadísticas. En este sentido, se piden más ordenadores en los colegios, menor número de alumnos por profesor, más horas de lenguaje, matemáticas o idiomas, por ejemplo y más cursillos actualizadores y renovadores para los profesores de los distintos niveles. Paralelamente a estos planteamientos, se repite la eterna polémica de los resultados obtenidos en la enseñanza pública, concertada o totalmente de titularidad privada.

Todo este debate resulta muy saludable y encierra parte importante de la verdad. Pero el problema es que la educación y formación de las personas no se puede reducir sólo a la influencia de LA ENSEÑANZA REGLADA, impartida en las escuelas, colegios, institutos o universidades. Además de este trascendente pilar, hay otros tres que conforman y modelan también la personalidad, conocimientos y destrezas de los distintos ciudadanos. ¿Y cuáles son esos tres pilares formativos, que tan decisivamente colaboran con los centros escolares? La familia, el ejemplo pasivo de la ciudadanía y la revolución digital de Interner (aliada con el marco mediático/cultural). Expresándolo de una forma coloquial y tal vez algo burda, son esas otras tres patas que influyen en la estabilidad de una silla para que no se venga al suelo.

Abundando en la cuestión, comentemos algunos datos objetivos. Una semana tiene 168 horas. De estas horas, el alumno sólo permanecerá en su centro escolar entre 25/30, entre lunes a viernes y durante los períodos expresamente lectivos. El resto del tiempo semanal, los alumnos no estarán en su centro educativo. Esas 25 horas corresponden al 14,08 % del tiempo semanal. Como consecuencia, en el aula de clase se pueden conseguir importantes resultados para la formación de los niños y jóvenes, pero en el 85 % de la semana esa necesaria “formación” (buena, regular o deficiente) llega al alumno por otros cauces. Por supuesto, los niños mimetizan y asimilan todo aquello que les rodea, por su capacidad de “mentes esponjas”. Analicemos muy brevemente esos otros caminos para la educación de los escolares.

LA INFLUENCIA FAMILIAR. Es decisiva, tanto en lo positivo como en lo negativo. El profesor o maestro puede razonar y aportar en el aula determinados hábitos y comportamientos, valores que después el niño no va a encontrar en casa, tal vez en sus padres, hermanos u otros familiares. Y en este terreno, nos acordamos, una vez más, de aquellas experiencias aplicadas en otras épocas y denominadas “escuelas de padres”. El alumno puede encontrar en casa una situación discordante, con respecto a lo que le han enseñado en el colegio. Los ejemplos serían abundantes.

Si tan decisivo es el ejemplo mimético familiar, no es menos importante LA INFLUENCIA, ACTIVA O PASIVA, DE LA CIUDADANÍA, realizada en su comportamiento cotidiano. Ya sean vecinos, amigos o ciudadanos anónimos. Por eso es tan importante, para la educación de los pequeños, el respeto que haces de las luces de los semáforos: el buen uso de las papeleras públicas y los contenedores de residuos; la limpieza y conservación del mobiliario público; la actitud que adoptas dentro del transporte público o privado; las palabras que utilizas cuando hay niños cerca de ti; el control que haces de las mascotas, en la vía pública; el uso que haces del tabaco y las bebidas alcohólicas; etc. Y en este apartado, deplorar el lenguaje y la actitud de nuestros representantes públicos, cuando hablan en los medios de comunicación o discuten en sede o foro parlamentario. Serían los primeros que tendrían que dar ejemplo de la más exquisita educación. Por supuesto que los niños ven e integran en su “mente esponja” todas estas influencias y muy desafortunados comportamientos.

Finalmente, el “milagro” que ha supuesto LA REVOLUCIÓN DIGITAL DE INTERNET para las personas de cualquier edad. Ninguna Enciclopedia británica tendría hoy, por más volúmenes descansando en sus estanterías, más información y trascendencia que la ofrecida por nuestra era digital, a través de Internet. Los niños, cada vez más jóvenes, tienen a su disposición, en sus domicilios o centros educativos, distintas y versátiles máquinas y aparatos, a través de los cuales reciben una muy abundante, poderosa y exhaustiva información. Móviles telefónicos, ya de la 5ª generación, tablets, ordenadores fijos y portátiles, televisores “inteligentes”, añadiendo esa versátil fibra óptica que potencia la velocidad de transmisión y funcionamiento. ¿Saben o pueden los niños elegir, filtrar o rentabilizar, el buen uso, de todas estas inmensas posibilidades que, de una u otra forma, van llegando a su dominio? A sus mentes receptivas llegan textos, mensajes, informaciones subliminares, fotos, vídeos, tutoriales, de la más contrastada naturaleza. Y, en la mayoría de las ocasiones, sin que sus padres o tutores tengan conciencia de esta influencia educativa que “invade” a sus “retoños”.

En consecuencia, durante el otoño se produce la alegre y dinámica vuelta a las aulas. Son los centros escolares, que se abren para reiniciar el proceso de la enseñanza, el aprendizaje y los valores. Pero no se olvide que esas otras aulas, familiares, socio mediáticas o de Internet, no tienen período vacacional. Nunca se cierran. Siempre permanecen abiertas. -

 

José L. Casado Toro

Septiembre 2022

 


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