Alexandre-César-Léopold
Bizet, conocido como Georges Bizet (París, 25 de octubre de 1838 –
Bougival, 3 de junio de 1875) es un compositor francés, principalmente de ópera.
En una carrera cortada por su muerte prematura, alcanzó escasos éxitos hasta su
última obra, “Carmen”, que se convirtió en una de las obras más populares
e interpretadas de todo el repertorio operístico.
Nacido
en el seno de una familia de músicos, ya desde niño
mostró signos de tener grandes aptitudes para la música y rápidamente aprendió
las nociones básicas sobre notación musical de su madre, cantante de ópera,
quien probablemente le daría sus primeras clases de piano; a los cuatro años
ejecutaba los más difíciles ejercicios y a los nueve era admitido en el
Conservatorio de París. Paralelamente a su formación instrumental, estudió
composición.
Bizet
ganó varios premios a lo largo de su brillante carrera como estudiante en
el Conservatorio de París, incluyendo el prestigioso Premio de Roma en
1857. Fue reconocido como un pianista excepcional, aunque prefirió no
aprovechar su habilidad y en raras ocasiones tocó en público.
Su
primera composición de importancia fue la ópera en tres actos “Los pescadores
de perlas”, ambientada en Oriente y representada en septiembre de 1863. No fue
un éxito y pronto se retiró del cartel. Tampoco lo fue “La Bella muchacha
de Perth” (1867), ni la obra en un acto “Djamileh” (1872). El
escenario de todas estas óperas se sitúa fuera de Francia.
La
producción de la última y más conocida ópera de Bizet, “Carmen”, fue
retrasada debido al miedo de que sus temas de traición y asesinato pudieran
ofender a la audiencia. Tras su estreno el 3 de marzo de 1875, Bizet estaba
convencido de que la obra iba a ser un fracaso; murió de un ataque al corazón tres
meses más tarde, sin saber que resultaría un éxito espectacular y duradero.
Tras
su muerte, sus composiciones, excepto “Carmen”, considerada su obra de
madurez artística, estuvieron en general desatendidas. Los manuscritos fueron
regalados o se perdieron, y las versiones publicadas de sus obras a menudo eran
revisadas y adaptadas por terceros. No creó escuela ni tuvo discípulos ni
sucesores evidentes. Tras años de abandono, sus obras empezaron a ser
interpretadas de nuevo con más frecuencia en el siglo XX. Críticos
posteriores lo han proclamado como un compositor de gran brillantez y
originalidad cuya muerte prematura supuso una gran pérdida para la música
teatral francesa.
Sus
obras más conocidas son, aparte de “Carmen”, la suite “L’Arlésienne”, dos sinfonías,
“Sinfonía en Do mayor”, compuesta en 1855 a la edad de diecisiete años, y “Sinfonía
Roma “, de 1860 compuesta durante su estancia en Roma, composiciones
orquestales que se distinguen por la claridad, la ligereza y la elegancia
francesa, así como por la fuerza de su estructura y la riqueza innovativa.
Otra
composición famosa es “Juegos de niños’, escritas para piano a cuatro manos y
luego transcrita para orquesta. Es una música inspirada en los juegos
infantiles muy clara y sencilla, pero llena de inventiva.
Muy
exigente consigo mismo, su producción es escasa y cuenta con muchas obras inacabadas
y retiradas por el mismo compositor y sólo recuperadas póstumamente, como es el
caso de la “Sinfonía en do mayor” (1855).
Bizet
es uno de los maestros del arte lírico francés por la concisión de pensamiento,
por su sugestiva potencia, por la variedad de su vocabulario armónico y por la
riqueza y la forma de su orquestación.
CARMEN
Bizet
desarrolla la historia de su última ópera en Sevilla. Situada en un ambiente de
soldados, trabajadoras, contrabandistas, gitanos, taberna y amor libre con una
figura femenina en el centro, trajo nuevas clases sociales al escenario
musical, y probablemente por eso fracasó al principio. Esta situación pudo
enfadar a muchos franceses, tanto por sus personajes como por los motivos en
los que se gestan las relaciones entre hombres y mujeres, hasta llegar al
asesinato provocado por el deseo y los celos.
Pero
la obra se repuso rápidamente de este comienzo gracias a su extraordinaria
calidad musical, convirtiéndose en una de las óperas más representadas del
mundo.
La
primera representación tuvo lugar en París, en la Opera Comique en 1875, pero
no fue un éxito. La trama de la obra fue juzgado demasiado inmoral y tampoco la
música fue del agrado de los amantes de la tradición.
Hoy
escuchamos la “Canción del toreador “, (toreador es el término
francés para designar al torero), el nombre popular del aria “Votre
toast, je peux vous le rendre”. Es cantada por el torero Escamillo, cuando
entra en el acto 2 y describe el ambiente en la plaza de toros: cuando el toro
sale del toril y embiste al caballo, la sangre en la arena, los aplausos enfervorecidos
de la multitud, el triunfo del torero… Los coros además de aclamarlo como
vencedor cantan a unos ojos negros que lo miran, los de Carmen. El estribillo,
“Toréador, en garde” constituye la parte central del preludio al acto I
de Carmen.
Esperamos
que la disfrutéis
Nuni
Yáñez y José Ramón Vega
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