PASEO POR LA SENDA LITORAL ESTE

 

El sentido común y la opinión médica nos indican que el ejercicio de caminar es la opción deportiva más inteligente que podemos realizar. Es económica, segura y muy saludable. Málaga es una ciudad muy apropiada para el paseo. La bondad de su tiempo climático permite caminar en cualquier hora del día, según las condiciones físicas del paseante, senderista urbano o simple peatón.

Es sábado y me he propuesto hacer una ruta muy cómoda y con numerosos incentivos para el cuerpo y el estado anímico personal. Voy a realizar un, no muy amplio, recorrido por la SENDA LITORAL ESTE. Para ello he preparado un atalaje bastante conveniente. Gorrilla, gafas para el sol, ropa de algodón y zapatillas senderistas con suela de caucho. A estos elementos básicos añado una pequeña mochila con agua, zumo, móvil telefónico y Betadine, para un posible resbalón o caída. Por supuesto, no he olvidado el bastón para la seguridad, sea metálico o de madera (la típica cayada). Reitero que para caminar es fundamental repasar el tipo de suela de nuestro calzado. El caucho es lo más conveniente, por resistente, flexible y duradero. Las imitaciones de plástico se cuartean y rompen a los pocos meses.  En DECLATHLON hay muchos modelos y precios.

Resido lejos de donde comienza el camino litoral a recorrer. Por ello tomé el bus municipal nº 11 que me iba a trasladar a su parada final en PLAYA VIRGINIA,  barriada de El Palo. Apenas bajé del autobús, ya me reconfortaba la brisa marina de la playa cercana, con ese aroma fresco y salobre de la placidez mediterránea. Inicié el paseo, siempre con dirección Este, recorriendo un tramo del Paseo marítimo paleño, “sembrado” de atrayentes chiringuitos, restaurantes y heladerías, ubicados a mi izquierda. A mi derecha ya estaban preparados, sobre la cálida arena playera los puestos de los artesanos espeteros, con gruesos troncos de madera de pino ardientes y las cañas verticales hincadas sobre pequeños montículos de arena playera, conteniendo cada espeto unas seis o más pequeñas sardinas, que habían sido ensartadas cuidadosamente. La labor del maestro espetero debe ser muy cuidadosa, pues ha de vigilar la dirección del viento a fin de orientar bien los espetos, girándolos de tiempo en tiempo, para evitar que las sardinas se quemen. Este sabroso plato hay que servirlo en la mesa comensal con las deliciosas sardinas ni muy, ni poco, hechas. Hay que conocer el punto exacto del asado. Se llevan a la boca con las manos. Nada de tenedor o cuchillo. Para mi gusto, el espeto tomado junto a la playa es un verdadero placer alimenticio.

Pasé por delante del tradicional restaurante El Tintero, con las mesas ya bien repletas de comensales, en donde los camareros iban “pregonando” los platos de ensaladas y especialmente los del pescaíto frito bien caliente, que llevaban en sus manos y que iban dejando en las mesas, ante la indicación correspondiente de los clientes “hambrientos”. A mi derecha, la gran PLAYA DE EL DEDO, antiguo Chanquete, bien repleta de bañistas.

Iniciando, con una leve subida, la Senda Litoral Este, tenemos a nuestra derecha las importantes instalaciones del CLUB NAUTICO EL CANDADO organismo de naturaleza privada, inaugurado en 1964 y que hoy dispone de piscinas, pistas de tenis, escuelas de navegación y un gran puerto deportivo, con decenas de vistosas embarcaciones de toda naturaleza, amarradas a los caminos interiores del puerto. Pasamos por detrás de una gasolinera y ya se abre ante nosotros un camino casi lineal bien cuidado. La parte central tiene recias losetas de piedra y en el lateral izquierdo un camino de tierra arcillosa, para la circulación sólo de las bicicletas. A la derecha, tierra arcillosa y pequeños acantilados de roca caliza que penetran en el inmenso y precioso mar de la bahía malacitana. Esta fascinante inmensidad marítima se puede contemplar con placidez y seguridad, apoyados en una bien construida barandilla continua de madera gruesa. Vamos caminando a una no muy elevada altura sobre el nivel de las aguas marinas. Hay miradores específicos, aunque el paseo es “todo un mirador para el disfrute”. Jalonados en distancias cortas, aparecen cómodos bancos de madera y metal para el descanso del paseante o senderista.

Hago alguna parada, para tomar fotos, apoyándome en la barandilla. Es un deleite ver cómo rompe el oleaje sobre las grandes rocas calizas, de manera cíclica, generando la aspersión de nubes de espuma y agua marina, todo ello como un lienzo de sorprendente belleza. En distintas partes del camino aparecen macizos florales de gran colorido sobre el fondo ocre de la tierra y la roca. Por supuesto que me ha venido a la mente ese inolvidable gran himno al mar que escribió y cantó Joan Manuel Serrat (1943), MEDITERRÁNEO, en 1971.

Caminando y caminando, vamos avistando y acercándonos a ese gran monumento natural enclavado en el agua, denominado EL PEÑÓN DEL CUERVO, que en muchos de los días del año está unido a la playa por un istmo de arena, dividiendo a la playa de su mismo nombre en dos grandes partes. Es una gran formación rocosa de origen volcánico, constituido por arenas de grano grueso, pizarras, esquistos y areniscas. Sus medidas son 450 m. de largo, 25 m. de anchura y 12 de altura. Es un importante enclave biológico protegido, porque en él se encuentra la planta “siempreviva malagueña” (limonium malacitana), en peligro de extinción. Esta planta tiene unas flores pequeñas, de color lila. El nombre de esta bella formación rocosa procede, según la leyenda local, a que era un lugar para el  encuentro de cuervos. Es un impresionante lugar de encuentro del mar, la playa y la orografía rocosa, centinela silencioso de mil atardeceres y confidencias al sol, con la modulada acústica del murmullo marino a través del cíclico oleaje. Esa amplia playa es muy propicia para las barbacoas, moragas y fiestas nocturnas en torno a la hoguera. Por supuesto, con el manjar predilecto de todos los participantes:  los espetos de sabrosas sardinas.

Tras tomar numerosas fotografías, algunas desde el propio istmo, abandono esta bellísima perspectiva y sigo mi caminar atravesando el antiguo TÚNEL DE LA MEMORIA DEMOCRÁTICA, de triste recuerdo para miles de malagueños republicanos cuando, entre el 6 y el 8 de febrero 1937, tras la toma de la ciudad por las tropas “nacionales” o franquistas huían, camino hacia Almería, para poder salvar la vida, siendo bombardeados desde los aviones insurrectos y los navíos del fascismo italiano. Hubo miles de muertos. Esta dolorosa huida se la denomina “la DESBANDÁ”.

Hay que aclarar que este túnel y el propio camino de la senda litoral era utilizado, en los años 50 y 60 por el tren de gas oíl que circulaba entre Málaga y Vélez Málaga. Era de color verde y popularmente se le denominaba “la Cochinita”.

Antes de llegar a la PLAYA DE LA ARAÑA, nos encontramos ese gigantesco “monumento industrial” como es LA FÁBRICA DE CEMENTO que lleva funcionando desde 1915, hace más de 100 años ininterrumpidos. El nombre actual es Votorantin Cimentos España, aunque también tiene la denominación de Cementos Cosmos. Utiliza la piedra caliza y arcillosa extraída de las canteras de la zona, realizando una trituración y molienda de la roca, calcinando el material en un gran horno de alta temperatura extrema, a fin de fabricar el Clinker. Cuando éste se enfría, se muele hasta convertirlo en un polvo fino, al que se le añade yeso, para fabricar el cemento.

En el momento de la toma de fotos, la molienda de la roca se estaba produciendo, por el giro del “molino” cilíndrico y el fuerte sonido correspondiente.

Comprobé que este paseo, con numerosas paradas me había hecho recorrer casi 3 gozosos km. Decidí, dada la hora, emprender el camino de vuelta, que me resultó más ágil y rápida, pues ya no me detuve tanto para las tomas fotográficas. Al llegar a la Playa de El Dedo, los chiringuitos y restaurantes estaban a rebosar de clientela. En total, este lúdico paseo supuso casi seis km. muy saludables, físicos y anímicos. Tomé de nuevo el bus 11 de la EMT para volver al centro urbano de la ciudad. Siendo domingo, el tráfico fue generoso. La fascinante experiencia merece ser repetida, aumentando algún km el fructífero recorrido senderista.

 

José L. Casado Toro

Noviembre 2025