Amor
Mujer,
yo hubiera sido tu hijo, por beberte
la leche de los senos como de un manantial,
por mirarte y sentirte a mi lado y tenerte
en la risa de oro y la voz de cristal.
Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos
y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal,
porque tu ser pasara sin pena al lado mío
y saliera en la estrofa -limpio de todo mal-.
Cómo
sabría amarte, mujer, cómo sabría
amarte, amarte como nadie supo jamás!
Morir y todavía
amarte más.
Y todavía
amarte más
y más.
Pablo Neruda, seudónimo
de Neftalí Ricardo Reyes Basoalto. (Parral, 12 de julio de 1904 – Santiago de Chile, 23 de septiembre de 1973)
Neruda es uno
de los poetas más destacados de la literatura chilena. Ha influido en
muchísimos artistas del siglo XX y sus poemas continúan siendo de gran
relevancia para quienes se inician en la pasión poética.
Fue un escritor
con ideas revolucionarias. En 1936, cuando el poeta español Federico
García Lorca fue asesinado, Neruda demostró su apoyo a la Segunda
República y estuvo muy vinculado a la crítica y denuncia de la violencia de las
dictaduras.
Debido a sus
ideas políticas fue perseguido y en los años cincuenta decidió exiliarse. Vivió
en París, en Argentina y en las comunas chilenas de Valdivia y Futrono. Regresó
a su país en 1953, donde permaneció hasta su fallecimiento poco después del
golpe de estado de Pinochet.
Durante el
sepelio sus adeptos cantaron el himno de la libertad, La Internacional, y
entonaron vítores hacia el poeta y hacia Salvador Allende, pese a que se
encontraban rodeados de militares.
Sus restos
descansan en su casa de Isla Negra, tal como era su deseo, y había dejado
escrito en su testamento.
A lo largo de
su vida Pablo Neruda fue condecorado con importantes premios. En 1945
recibió el Premio Nacional de Literatura Chilena, en 1953 se le otorgó el
Premio Lenin de la Paz y en 1971 fue galardonado con el Premio Nobel de
Literatura.
La obra de
Pablo Neruda es amplia y vivió muchas etapas distintas. Los primeros
poemas se atribuyen al movimiento estético conocido como Realismo Socialista
Soviético. Posteriormente su tono se tornaría a una poesía amorosa y aunque no
abandonó el realismo, se volverá menos comprometida políticamente.
Entre sus obras
más destacadas se encuentran “Crepusculario”, “Veinte
poemas de amor y una canción desesperada”, “Residencia en la
Tierra”, “España en el corazón” y “Los versos del capitán”.
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