Hay instantes que giran
Hay
instantes que giran
sobre su gozne y entreabren
la posibilidad de que atisbemos
algo del tiempo simultáneo
que fluye en otra realidad.
Son como huecos que en el alma deja
esa mano que no llegó a tocarnos,
esa palabra clave,
que no llegó a decirse nunca,
esos besos que no se dieron nunca,
esa otra vida nuestra
que está ahí sin nosotros,
que corre sin nosotros, como un río
que no llega hasta el mar, que es el morir,
porque subsiste sin haber nacido.
Rafael Guillén
(Granada 27/04/1933 –Granada 04/05/2023), poeta. Fue autor de una veintena de libros de poesía, aunque cultivó también la prosa y el ensayo y
recopiló su trabajo en numerosas antologías, la última de ellas aparecida en
2017. Sus poemas y artículos han sido traducidos a otros idiomas y autores de
diversos estilos han puesto música a sus versos.
Fue además un
notable conferenciante.
Poeta adscrito por la crítica a la Generación del 50,
compuesta por escritores
que rompieron el silencio en que se había sumido la poesía granadina de
posguerra tras el asesinato de García Lorca.
Fundó y dirigió, junto con José G. Ladrón de Guevara, la colección de
poesía Veleta al Sur, en la que aparecieron sus primeros trabajos, con la que se comenzó a revitalizar el
panorama literario en Granada y que se mantuvo activa durante cerca de una
década, hasta 1966.
Como
editor también dirigió, ya en 1982 junto
a Francisco Izquierdo, la serie de fascículos sobre el Albaicín Los Papeles del
Carro de San Pedro.
En 2019 publica “Últimos poemas (Lo que nunca sabré decirte)”, con la que dio
por concluida su amplia trayectoria
literaria de casi seis décadas.
Posiblemente
uno de sus mayores méritos fue ayudar a recuperar la cultura poética en
Andalucía, tras la devastación cultural que supuso la Guerra Civil española.
En
sus primeras obras se nota la influencia neoclásica que pesó sobre otros
miembros de su generación, puntualmente aligerada por la atracción de lo
popular, como se puede ver en el “Cancionero-guía
para andar por el aire de Granada”, de 1962. A partir de la década de los
60, abandona la rigidez del metro tradicional y con la publicación de “Moheda” (1979), sorprende por su
estilo desinhibido e innovador en la sintaxis. Sus temas no son leves: el amor
y el erotismo suelen mezclarse con la elegía por la
degradación inevitable del paso del tiempo, expresados en versos impregnados de
un cadencioso fraseo musical.
Su
extensa trayectoria ha sido reconocida por sus lectores, la crítica y las
instituciones culturales. En 1994 le fue concedido el Premio Nacional de Literatura; en 2003, el Premio de la Crítica Andaluza; en 2011 la Asociación Colegial de
Escritores de España le concedió el Premio
de las Letras Andaluzas Elio Antonio de Nebrija por su trayectoria
literaria; y en 2014 recibió el Premio
Internacional de Poesía Federico García Lorca. Anteriormente había obtenido
el Premio del Círculo de Escritores y
Poetas Iberoamericanos de Nueva York en 1963, el Hispano-Centroamericano en 1965, el Leopoldo Panero en 1967, el Guipúzcoa
y el Boscán en 1968, y el Ciudad de Barcelona 1970, entre otros.
Fue
miembro de la Academia de Buenas Letras de Granada y de la de Nobles Artes de
Antequera. Entre sus numerosas distinciones, obtuvo la Medalla de Oro de la
Ciudad de Granada, la Medalla de Oro de la Provincia de Granada, la Medalla de
Honor de la Academia de Bellas Artes de Granada, la Insignia Poeta Don Luis de
Góngora de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de
Córdoba y la Medalla de Honor de la Fundación Rodríguez-Acosta
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