27 junio 2025

LA MAGIA ENGAÑOSA DE LA REALIDAD

 

A nadie, en su sano juicio, le puede gustar que le engañen. En principio, el común de las personas rechaza sentirse engañado. Sin embargo, vivimos de continuo rodeados de “mentiras”, medias verdades y manipulaciones, tan falazmente elaboradas, que nos las creemos o aceptamos sin argumentar o “rechistar”.  

En nuestra vida diaria tienen protagonismo la ficción y la realidad, la verdad y la falsedad. Quien es engañado, quien integra en su vida esas grandes o medias mentiras, de una u otra forma, parece aceptar, con general sumisión, esta decepcionante irrealidad. Podemos decir sin temor a equivocarnos que la naturaleza humana se halla sustentada en ese elemento convivencial tan usual como es la falacia, con mejor o más modesta vestimenta, por utilizar un amable vocablo.

Sin embargo, hay engaños que cómodamente son aceptados, nos hemos habituados a ellos y nos parecen perfectamente “naturales. Veamos algunos muy conocidos ejemplos.

El PLAYBACK. Sistema muy utilizado, especialmente en televisión y en actuaciones en directo. Con un sonido previamente grabado, el cantante simula que está cantando, mueve oportunamente los labios, pero quien “canta” es la canción previamente grabada. Ese movimiento de los labios ha de hacerlo con la mejor pericia. Con ello se persigue y consigue que la calidad del sonido vocal y acústico sea perfecta, en la letra y en la música. Algunas televisiones y radios indica si lo que se escucha, el programa que se está emitiendo, es en directo o es una grabación que se emite en diferido. Hoy en día, con las perfectas técnicas de grabación digital, es muy difícil darse cuenta si la emisión es en directo o ha sido previamente grabada.





EL “DOBLE” EN LA CINEMATOGRAFÍA. Para las escenas peligrosas o con riesgo, los actores de cine consagrados o con más edad son ayudados por esos “dobles”, actores o personas especializadas, con una contextura parecida al actor protagonista. Bien disfrazados, interpretan aquellas escenas más complicadas, con los movimientos físicos de riesgo o para los comportamienmtos violentos en pantalla. Estos muy bien preparados especialistas tienen un “caché” elevado en sus emolumentos, aunque sus nombres no aparecen en los títulos de crédito que vemos al final de las proyecciones. 


EL GEMELO. Hay personas a las que el destino y la genética le han dado un hermano/ a físicamente idéntico o muy parecido. Estos hermanos gemelos pueden sustituir perfectamente al “titular” intercambiando sus figuras (aunque siempre suele haber detalles para que la identidad física no sea absolutamente perfecta. En ocasiones se ha comentado que importantes figuras políticas han utilizado a ese hermano, que casi nadie conoce, para ser representados en determinados actos sociales.


LOS “NEGROS” ESCRITORES. También es una común práctica en el mundo literario. Personas famosas, pero sin el preciado don del bien escribir, toman la decisión o el capricho de publicar un libro. Las páginas de ese volumen (normalmente autobiografías) son firmadas en la portada del volumen por esa persona que ha pagado a otra para que lo escriba. El verdadero escritor, autor de los textos, cuyo nombre no aparece por parte alguna del libro, cobra sus emolumentos, a cambio de permanecer en el anonimato. También es cierto que podemos ver algunos libros en los que, junto al falso autor, aparece la frase “escrito en colaboración con …”

LA I.A. EN LA CREACIÓN DE PERSONAJES IRREALES. Los modernos programas de la Inteligencia Artificial, entre sus versátiles aplicaciones o utilidades pueden crear o “clonar” a importantes actores que ya han fallecido, para que actúen en una película, aprovechando el cuerpo de otras personas o actores. Incluso introducir en una película del cine clásico a un personaje que en la versión original no aparecía y que por supuesto ya no está ya en esta vida. Igual que se traen a actores “desde el más allá” para que sigan actuando, se pueden cambiar decoraciones, paisajes o efectos especiales con la creatividad digital.


LOS SINTETIZADORES MUSICALES. Otra de las variantes de la I.A. Se compone una canción, interpretada por un cantante que ya no existe. Se crea digitalmente esa pieza musical que el intérprete nunca cantó. Se ha recreado una voz perfecta, mediante el uso y fusión de sintetizadores digitales. Es un “milagro” escuchar hoy a los Beatles, por ejemplo, cantando nuevas canciones en su vuelta mágica a los escenarios de los grandes conciertos.

EL DOBLAJE DE LA VOZ. Esta práctica del sonido cinematográfico se ha hecho desde los tiempos más remotos del “séptimo arte”. Al actor que carecía de una buena voz se le “doblaba”. Otra vez hablaba por él. Lo mismo ocurre cuando una película rodada en inglés, se la “traduce” doblada al castellano, con técnicos especialistas en doblaje. Tras muchos años de visionar películas dobladas, muchos se habían habituado a escuchar a John Wayne (1907-1979) Sean Connery (1930-2020) o Elizabeth Taylor (1932-2011) hablando en idioma español. Se daba el caso de que al venir a España y ser entrevistados, utilizaban lógicamente su propia voz, hablando en English. La desilusión que muchos experimentaban al escuchar la verdadera voz de Jack Nicholson (1937) Gary Cooper (1901–1961) o Cary Grant (1904-1986) era manifiesta. De ahí el auge que poco a poco fue alcanzando las películas proyectadas en V.O.S. versión original subtituladas.

¿Y quiénes son “los engañados” en la creatividad artística? El lector de los libros y otras publicaciones periódicas. El espectador de películas. El aficionado a la música. El radioyente, junto a su receptor. Los seguidores de las cadenas televisivas. En definitiva, el común de la ciudadanía, al creerse la falacia de lo que le están ofreciendo.

Efectivamente, todos o casi todos, aceptamos el juego de la oferta cultural que nos llega. Especialmente los trucos de la cinematografía. Nos creemos, como niños, las batallas navales, que han sido grabadas en una bañera. La voz perfecta de James Stewart (1908–1997) o la mítica actriz Bette Davis (1908–1989) hablando en un correcto castellano. En la literatura, esas “memorias” que no han sido escritas por el autor de quien las firma. En el teatro, esas ventanas y puertas que no tienen detrás habitación o espacio alguno. Es algo parecido a la empatía del espectador que, viendo una película, se siente detective, vaquero, policía, o capitán de navío. Los engaños, reales o psicológicos, están a la orden del día. Nuestra imaginación y necesidad nos induce a crear y creer en otros mundos, en otras vidas, que multipliquen y mejoren las realidades de nuestra existencia, a veces gratas, a veces infaustas. El poder de la imaginación es infinito. –

 

José L. Casado Toro

Junio 2025

 




 




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