21 abril 2025

FRASES POPULARES IX

 

FRASES POPULARES IX

 

Desde hace varios meses me he propuesto investigar y publicar muchas de las frases que decimos con asiduidad y que ignoramos sus procedencias. Es como buscar tus raíces y al final te sientes bien porque quién me iba a decir a mi cuando un compañero de hace décadas en Barcelona no paraba de decir: Eres el carajo la vela; él lo decía en gallego porque era de Puenteareas. Como todo el mundo sabe carajo en castizo es el miembro viril masculino: carajo tieso como una vela, pero la hipótesis que me inclino es la de Caraja: vela cuadrada que en Méjico largan en un bote grande, y claro toda vela va aparejada a un mástil y éste es tieso, pudiendo venir el dicho de ahí. Pero como verán siempre sale la que no tiene enmienda y sus colaterales.

Poner pies en Polvorosa. Ésta es mas fácil de deducir ya que Polvorosa es una población palentina cerca del río Órbigo. Cerca de allí Alfonso III el Magnánimo luchó con los sarracenos venciéndolos, no con las armas sino por un eclipse de luna que al verlo los sarracenos salieron huyendo desconcertados y atemorizados.

A mí no me la das con queso. Otra que se suele decir cuando alguien intenta engañarnos y resulta que viene de eso; de un timo o engaño con picaresca de cuando en La Mancha los taberneros de toda España iban a comprar el vino de esas tierras y era costumbre probarlo antes. Pero mira por donde que cuando algún bodeguero tenía algún barril con el vino picado y no podía darle salida lo que hacía era servirle un buen plato de queso de sabor fuerte, de los que también hay por esa zona al incauto comprador, y claro el queso con ese olor inconfundible en el paladar le quitaba el sabor del vino chungo y picado.

A la vuelta lo venden tinto. Ésta viene a decir que si algo nos piden nos desentendemos y no le hacemos ni puñetero caso. Pero tiene su origen como todos los dichos y refranes españoles. La anécdota es de cuando el torero José Ortega, Joselito, muerto en 1920 y el Bizco Pardales. El torero envió al bizco a un recado entregándole un billete para pagarlo, pero cuando estuvo de vuelta y viendo que el bizco no le entregaba la vuelta del dinero le preguntó: ¿Y la vuelta?, a lo que el bizco, con su mijita de guasa, le contestó: ¿La vuelta?, a la vuelta lo venden tinto”; y ahí quedó la frase que se hizo tan popular.

El Alirón. Canción que suelen cantar los hinchas del Athlétic de Bilbao cada vez que gana o para animar al equipo en el campo de juego. Como mucha gente yo creía que era una expresión vasca; Alirón suena a vasco, ¿verdad?. Bueno pues su origen es de 1913 en que la cupletista Marietina la estrenó en el teatro Romea de Madrid y la letra escrita por el maestro Alvaro Retena dice así: En Madrid se ha puesto de moda / la canción del alirón / y no hay nadie en los Madrilcs / que no sepa ésta canción./ Y las niñas ya no entregan / a un galán su corazón / si no sabe enamorarlas / entonando el ¡Alirón!, ¡Alirón! , Pon, Pon, Pon, Pon /. Imagínense al público de Madrid coreando el Pon. Pon y con una señorita subiéndose las faldas hasta el tobillo; porque entonces pocas cupletistas enseñaban sus partes nobles a no ser la que se buscaba la famosa pulga y se quedaba en pelota picada sin encontrarla. Mas tarde Teresita Zara la estrenó en el Salón Vizcaya de Bilbao coincidiendo con los éxitos futbolísticos del Athélic de Bilbao y en una de las veces que el público iba a corear el estribillo, éste lo cambió por: ¡ Alirón!, Alirón !, ¡ El Athlétic Campeón !.

El Tonto del bote. Mucha gente, oliendo a machismo dice la Tonta del bote, porque es masculino y singular, o sea que el dicho se refiere a un hombre, no a mujer. Éste era un perturbado mendigo que tenía una forma muy rara de pedir limosna en la iglesia de San Antonio del Prado y era que lo hacía con un bote, llamándole todo el mundo: Tonto del bote. Cuentan que en una corrida de toros uno de ellos saltó la barrera y enfiló por el callejón hacia las calles aledañas, y al meterse por una de ellas se encontró con el pobre mendigo. Éste que desconocía el peligro de tener los cuernos de un toro a dos palmos de sus narices y como siempre estaba inmóvil, así se quedó hasta que el berrendo, después de olerlo dio su bufido y se largó corriendo. Desde entonces se conoce la inmensa suerte que tuvo, El Tonto del bote.

Juan Aranda


1 comentario:

  1. Gracias Juan por todos estos acertados comentarios y explicaciones, sobre frases muy comunes que pronunciamos sin conocer acertadamente su origen . Felicidades. José L.

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