Artículo publicado en la revista digital The Conversation.
Cuando el pasado mes de julio el diario The New York Times
presentó su lista de los mejores libros publicados en lo que llevamos del siglo XXI, muchas voces se
alzaron para reclamar lo que parecían ausencias sonadas.
La lista del periódico estadounidense solo
incluía seis menciones a escritores latinoamericanos, y dos de esos libros (“La
maravillosa vida breve de Oscar Wao”, de Junot Díaz, y “Fortuna”, de Hernán
Díaz) habían sido escritos originalmente en inglés. Pero nosotros siempre hemos
defendido la potencia, la pluralidad y la riqueza de nuestro idioma como
transmisor de conocimiento.
Así que, para que la representación de la
literatura en español no quedase solo a cargo de quienes habían logrado hacerse
un hueco en aquella selección, contactamos con 38 expertos de diversas
universidades españolas y latinoamericanas para elegir los 20 mejores libros
escritos originalmente en español desde el 1 de enero de 2000.
Les pedimos a nuestros voluntarios que
eligiesen un primer libro y dos menciones. En base a eso elaboramos la lista de
veinte, que hemos preferido no numerar por los diversos empates que se han dado
en ella. Algunos de los autores que votaron los libros elegidos han escrito
unas líneas para explicar qué tiene de especial esa obra. Y al final del
artículo se incluyen todos aquellos números 1 de los seleccionadores que no
entraron en la lista de ningún otro compañero pero que merecieron un primer
puesto en su corazón.
Las listas, al final, más que para establecer
un orden de preferencia o de calidad, sirven para recuperar títulos que algunos
no recordábamos, o que no sabíamos que habían gustado tanto. Nadie duda de la
calidad de los tres primeros seleccionados, que están en boca de todos desde su
publicación, pero algunos de los otros libros seleccionados pueden suponer un
descubrimiento para muchos lectores.
Como siempre sucede con los ránquines, aunque
son todos los que están, por supuesto no están todos los que son.
2666, de Roberto Bolaño
“Durante bastante tiempo soñé con Hans Reiter,
personaje de 2666. Hans Reiter volvía a mí como cada tarde de
domingo. Del mismo modo, la frialdad policial de las fichas sobre esas mujeres
muertas, violadas, desaparecidas, torturadas se convertía en un fuego de rabia
y dolor.
Roberto
Bolaño parece anunciar en 2666 el final de Occidente, un
apocalipsis caótico en el que los personajes se mueven en espacios de difícil
definición, de contornos marcados por fronteras difusas e irreales; espacios
habitados, en gran medida, por seres conocedores del horror. Los murmullos fantasmales
de Juan Rulfo ya no se pueden escuchar debido a los gritos no menos fantasmales
que salen del violento horror de la frontera mexicana, de la Santa Teresa de
Bolaño, aunque ahí, junto a las putas y los ejecutivos vemos también a las
‘indias con bultos a la espalda’, las mismas indias fotografiadas por Rulfo que han llegado a
un destino en el que solo se las permite seguir cargando eternamente con sus
bultos”.
Isabel
Giménez Caro, profesora titular de Literatura española, Universidad de Almería
El infinito en un junco, de Irene Vallejo
“El infinito en un junco de Irene
Vallejo ofrece un asombroso viaje por la historia de los libros, piezas de
tiempos entrelazados a través del papiro, el pergamino y el papel.
Así, este ensayo nos invita a un recorrido
que va desde los clásicos griegos hasta los manuscritos medievales, pasando por
la Biblioteca de Alejandría, los talleres de copistas y las pantallas
digitales. Todo ello entretejiendo con maestría una gran cantidad de fuentes
historiográficas, literarias y culturales junto a experiencias íntimas acerca
del diálogo infinito que implica la preservación del conocimiento, la cultura y
la identidad en el corazón de la palabra escrita”.
María
Di Muro Pellegrino, profesora e investigadora del Centro de Investigación y
Formación Humanística, Universidad Católica Andrés Bello
La Fiesta del Chivo, de Mario Vargas Llosa
“Publicada
en el año 2000, La Fiesta del Chivo puede que sea la última de
las grandes novelas del escritor hispano peruano Mario Vargas Llosa, tras
títulos de la relevancia de La ciudad y los perros, La casa
verde, La guerra del fin del mundo y, sobre todo, Conversación
en la Catedral.
Supone,
además, la culminación de toda una serie de excepcionales relatos de diferentes
autores –El señor Presidente, Yo, el supremo, El
otoño del patriarca, etc.- que tienen como principal objetivo llevar a cabo
una profunda reflexión sobre las dictaduras en América Latina. La obra de
Vargas Llosa destaca, además, por su estilo y fuerza narrativa”.
José
Belmonte Serrano, profesor de Literatura Española, Universidad de Murcia
Tu rostro mañana, de Javier Marías
“Tu
rostro mañana, de Javier Marías, es una trilogía compuesta por Fiebre
y lanza (2002), Baile y sueño (2004) y Veneno
y sombra y adiós (2007). En ella, el autor explora a través de sus
personajes diversos episodios de la historia reciente, personas y
acontecimientos que han quedado marginados u olvidados, con los que se
entremezcla la experiencia de su protagonista, Jaime Deza.
A
través de una prosa que evoca la narrativa del grand style, Marías
va construyendo un mundo en el que se funden las tramas de la novela de espías,
la novela de campus y los acontecimientos históricos más relevantes del siglo
XX, en una narración envolvente que arrastra al lector mientras reflexiona
sobre el propio proceso de escritura y la constitución de un mundo en que
ficción y realidad tienen límites muy difusos”.
Juan
José Lanz Rivera, catedrático de Literatura Española, Universidad del País
Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
El hombre que amaba a los perros, de Leonardo Padura
“Esta
novela se asemeja a las grandes del boom latinoamericano por
su vocación totalizadora y su ambición histórica e identitaria, y se coloca al
margen del marasmo de dudas, pensamiento débil y rendiciones distópicas de una
gran parte de las novelas de nuestro siglo.
Leonardo Padura sigue los cánones de la
novela histórica moderna y ofrece un fresco monumental, como muy pocos se
atreven a intentarlo, de una época en la que los regímenes totalitarios y el
terror asolaron el mundo occidental, con un estilo muy ameno, sin dar lecciones
de historia, por el que los lectores quedan subyugados, y tratan de establecer
conexiones entre las diferentes historias que se combinan en el relato”.
Yannelys
Aparicio, catedrática de Literatura, Universidad Internacional de La Rioja
(continuará)
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