Sólo
tu amor y el agua...
Sólo
tu amor y el agua... Octubre junto al río
bañaba los racimos dorados de la tarde,
y aquella luna odiosa iba subiendo, clara,
ahuyentando las negras violetas de la sombra.
Yo iba perdido, náufrago por mares de deseo,
cegado por la bruma suave de tu pelo.
De tu pelo que ahogaba la voz en mi garganta
cuando perdía mi boca en sus horas de niebla.
Sólo tu amor y el agua... El río, dulcemente,
callaba sus rumores al pasar por nosotros,
y el aire estremecido apenas se atrevía
a mover en la orilla las hojas de los álamos.
Sólo se oía, dulce como el vuelo de un ángel
al rozar con sus alas una estrella dormida,
el choque fugitivo que quiere hacerse eterno,
de mis labios bebiendo en los tuyos la vida.
Lo puro de tus senos me mordía en el pecho
con la fragancia tímida de dos lirios silvestres,
de dos lirios mecidos por la inocente brisa
cuando el verano extiende su ardor por las colinas.
La noche se llenaba de olores de membrillo,
y mientras en mis manos tu corazón dormía,
perdido, acariciante, como un beso lejano,
el río suspiraba...
Sólo tu amor y el agua...
Pablo García Baena (Córdoba, 29 de
junio de 1923- Córdoba, 14 de enero de 2018)
Poeta español
perteneciente al Grupo Cántico, comienza su carrera literaria con la
publicación de poemas en la prensa local cordobesa, firmando bajo el seudónimo
de Luis de Cárdenas o simplemente con una E mayúscula, en periódicos como “Caracola”, “El Español” o “La
Estafeta Literaria”.
Su
primer poemario, "Rumor oculto", lo publica en 1946 en la
revista Fantasía. Al año siguiente, tras haberse presentado sin éxito junto a
su amigo Ricardo Molina al Premio Adonais de poesía, deciden fundar la revista
Cántico, contando con la colaboración de los también poetas Juan Bernier, Julio Aumente y Mario López y de los pintores
Miguel del Moral y Ginés Liébana. Desde entonces son conocidos como "Grupo
Cántico". Ensalzaban la poesía barroca, exaltada y vitalista,
influyendo en las generaciones más jóvenes y sirviendo de
puente entre los Novísimos y la Generación del 27. La revista que
funcionó hasta 1957, se convirtió en una de las más importantes de
la Postguerra.
Tras
un parón en su producción literaria, retoma la escritura a partir de 1971,
compaginando con su trabajo como anticuario en Benalmádena (Málaga), donde
residió entre 1965 y 2004, año en el que vuelve a fijar su residencia en
Córdoba, su ciudad natal.
Socio
fundador del Ateneo de Córdoba, recibió numerosos premios y reconocimientos,
siendo sin duda el más importante el premio Príncipe de Asturias de las Letras
del año 1984. Hijo Predilecto de Andalucía en 1988, y Premio Andalucía de las
Letras en 1992. En 2004 recibió la Medalla de Oro de la Provincia de Málaga, ya
que allí pasó una gran parte de su vida. En mayo de 2008 ganó el Premio Reina
Sofía de Poesía Iberoamericana. En octubre de 2012 recibió el Premio
Internacional de Poesía Federico García Lorca. Fue director del Centro Andaluz
de las Letras.
Su
poesía, llena de sensualidad, tiene un marcado acento gongorino. La temática
religiosa de los ritos y las procesiones también está presente en su obra. Su
obra poética se halla reunida en "Poesía completa" (1940-2008)
(Madrid, Visor, 2008).
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