Artículo de Nick Fuller,
Charles
Perkins Centre Research Program Leader, University of Sydney. Publicado en la
revista digital The Conversation.
Pocos temas son tan debatidos en el ámbito de la salud
como el valor de la humilde báscula de baño.
Algunos expertos recomiendan pesarse diariamente para
controlar el peso, sobre todo cuando se sigue un programa de dieta y ejercicio
para adelgazar.
Otros sugieren dejar de lado este hábito, argumentando
que pueden desencadenar respuestas psicológicas y comportamientos poco saludables cuando
no nos gusta o no interpretamos correctamente el número que vemos en la
báscula.
Y muchos, entre ellos yo misma, recomendamos pesarse
semanalmente, incluso cuando no estamos intentando perder peso. Estos son los
motivos.
Pesarse semanalmente le ayuda a controlar
su peso
Investigaciones recientes confirman que
pesarse regularmente es una estrategia eficaz para perder y controlar el peso,
principalmente porque ayuda a aumentar la conciencia de nuestro peso actual y a
detectar cambios.
Una revisión sistemática de una docena de estudios concluyó
que los participantes que se pesaban semanal o diariamente durante varios meses
perdían entre 1 y 3 unidades de IMC (índice de masa corporal) más y recuperaban
menos peso que los participantes que no se subían a la báscula con frecuencia.
Los autopesajes son una herramienta esencial para controlar el
peso a medida que envejecemos. Los adultos tienden a ganar peso progresivamente a lo largo de la mediana
edad. Aunque el aumento medio de peso suele ser de entre 0,5 y 1 kg al año,
esta modesta acumulación de peso puede conducir a la obesidad con el tiempo.
Pesarse semanalmente y llevar un registro de los resultados ayuda a evitar un
aumento de peso innecesario.
Hacer un seguimiento de nuestro peso
también puede ayudar a identificar problemas médicos a tiempo. Los cambios
drásticos de peso pueden ser un signo precoz de algunas afecciones, como
problemas de tiroides, digestión y diabetes.
El pesaje semanal tiene en cuenta las fluctuaciones normales
Nuestro peso corporal puede fluctuar en un
mismo día y a lo largo de los días de la semana. Varios estudios indican
que el peso corporal fluctúa un 0,35 % entre semana y suele ser mayor
después del fin de semana.
Las fluctuaciones diarias y cotidianas del
peso corporal tienen varias explicaciones, muchas de ellas relacionadas con el
contenido de agua de nuestro cuerpo. Las causas más comunes incluyen:
1.
El tipo de comida que hemos consumido.
Si cenamos una comida rica en hidratos de
carbono, pesaremos más al día siguiente. Este cambio es el resultado de que
nuestro cuerpo transporta temporalmente más agua: retenemos unos 3-4 gramos de agua por
cada gramo de carbohidrato consumido para almacenar la energía que nos
proporcionan.
2. Nuestra ingesta de alimentos
Ya sean 30 gramos de frutos secos o 65
gramos de carne magra, todo lo que comemos y bebemos tiene peso, lo que aumenta
nuestro peso corporal temporalmente mientras digerimos y metabolizamos lo que
hemos consumido.
Nuestro peso también tiende a ser menor a
primera hora de la mañana, tras haber restringido nuestra ingesta de alimentos
durante la noche. Y mayor por la tarde, después de nuestra ingesta diaria de
alimentos y bebidas.
3.
Ejercicio
4.
Cambios hormonales
Las fluctuaciones hormonales del
ciclo menstrual también pueden afectar al equilibrio de líquidos. Las mujeres
pueden experimentar retención de líquidos y
ganar temporalmente entre 0,5 y 2 kg de peso en este periodo. Específicamente,
la fase lútea, que representa la segunda mitad del ciclo de la mujer, provoca
un cambio de líquido del plasma sanguíneo a las células e hinchazón.
5. Movimientos intestinales
Todas estas fluctuaciones son normales, y
no son indicativas de cambios significativos en nuestra grasa corporal o masa
muscular. Sin embargo, ver estas fluctuaciones puede hacer que nos obsesionemos
con el peso y generar un estrés innecesario.
Pesarse semanalmente evita la obsesión por la báscula
Pesarse con demasiada frecuencia puede
crear una obsesión con el número de la báscula y hacernos más mal que bien.
A menudo, nuestra reacción cuando vemos que
el número no se mueve en la dirección que queremos es restringir aún más
nuestra ingesta de alimentos o sumarnos a la última dieta de moda. Además de no
ser agradables ni sostenibles, las dietas de moda acaban haciéndonos ganar aún
más peso.
Así lo confirmó un estudio a largo plazo que
comparó la pérdida de peso intencionada entre más de 4 000 gemelos. Los
investigadores descubrieron que la probabilidad de tener sobrepeso a los 25
años era significativamente mayor en los gemelos que hacían dieta para perder
5 kg o más. Esto sugiere que hacer dieta con frecuencia nos hace más
susceptibles al aumento de peso y propensos a engordar en el futuro.
¿Qué hay que hacer?
Pesarse semanalmente proporciona una medida
más precisa de las tendencias de nuestro peso a lo largo del tiempo. Lo ideal
es que nos pesemos siempre el mismo día de la semana, a la misma hora y en el
mismo entorno cada semana. Por ejemplo, todos los viernes a primera hora de la
mañana antes de entrar a la ducha o después de haber ido al baño, pero siempre
antes de haber bebido o comido nada.
Es aconsejable usar básculas de la mejor calidad que podamos
permitirnos. También conviene cambiar las pilas con regularidad y comprobar su
precisión utilizando un peso “conocido”, por ejemplo, un plato de 10 kg,
para confirmar que coincide con el peso que marca.
Recuerde que el número que aparece en la
báscula es sólo una parte del control de la salud y el peso. Centrarse
únicamente en él puede eclipsar otros indicadores, como cómo nos sienta la ropa.
Y también resulta esencial prestar la misma atención a cómo nos sentimos,
física y emocionalmente.
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