Cada persona tiene su peculiar forma de
ser. Naturalmente, con sus cualidades, limitaciones y defectos. La racionalidad
aconseja poner en práctica e incrementar la bondad de las primeras, al tiempo de
que trata de evitarse o al menos disimular la influencia negativa que
proporcionan las segundas. También es cierto que para lo que algunos consideran
cualidades, otros lo interpretan como defectos. Desde luego, la buena voluntad
es innegociable como valor en cualquier circunstancia.
Cuando se practica la enriquecedora coexistencia grupal de la amistad,
cada uno de sus integrantes suele destacar por “algo” que lo identifica y
diferencia con respecto a los demás. Por decirlo de una forma más explícita, en
los grupos de amigos destacan, según los momentos y las oportunidades, aquellos
miembros que son, por ejemplo, graciosos o divertidos, los locuaces en sus
explicaciones, los “pesados” en su comportamiento, los engreídos en su ego, los
silenciosos en su prudencia, los “chismosos” en su nivel comunicativo, los que
“pasan” de casi todo, los fanáticos en sus ideas, los intensamente aficionados
al cine, al deporte, al baile, a las “copas”, a la lectura, los tímidos en su
inseguridad, los religiosos en sus respetables y santas creencias, los
racionalistas para con todo, los “payasos” en sus cómicas actuaciones, los
“trileros” en sus engaños, los cínicos y falsos en su “cara dura”, los
generosos en su bondad, los “teatreros” en su necesidad escénica y así un largo
etc. Esta natural y cromática variedad es coherente con la propia diversidad
del género humano.
Si nos preguntáramos ¿cuál es el carácter personal que nunca debe faltar en
esa agrupación para la amistad y al que tanta gratitud hay que depararle?
las respuestas serían, lógicamente, muy contrastadas. Lo que para unos sería un
valor, tal vez otros lo considerarían poco menos que como un lastre. Pero hay
una “primorosa” forma de ser y actuar que vitaliza, “alimenta”, dinamiza y que
mantiene anímica y fructíferamente el funcionamiento orgánico grupal. Tal es
así, que si ese carácter, forma de ser o cualidad faltase, el grupo
languidecería y cada vez tendría menos razón para su funcionamiento. Nos
estamos refiriendo específicamente a la muy útil e “imprescindible” ACTITUD EMPRENDEDORA. ¿Y cómo podemos definir
o dibujar a la persona que detenta este valor? Obviamente, se utiliza el
masculino genérico en este artículo.
Suele ser un compañero amigo de todos,
activamente imaginativo y que dispone de tiempo y paciencia para desarrollar su
inestimable labor. Posee la capacidad y generosidad de proponer
en cada momento una nueva o repetida acción, a fin de que los
integrantes del grupo se ilusionen, se distraigan y sepan colaborar para
desarrollar esas ideas que acertadamente, en principio, han sido propuestas,
por este valioso miembro del colectivo. Veamos algunos ejemplos de sus muchas y
posibles propuestas.
Este amigo y compañero sugiere la
realización de excursiones a la naturaleza,
a fin de gozar de un buen senderismo, una posible acampada, una suculenta y
artesanal comida, disfrutando el aroma, los sonidos y la visión de espléndidos
paisajes.
Propone la asistencia
a salas de exhibición cinematográfica o teatral, en donde se proyectan o
ponen en escena determinadas películas o representaciones teatrales, que gozan
de una buena consideración por parte de la crítica especializada. También
propone visitar instituciones culturales, como museos, exposiciones, monumentos
y ámbitos de conferencias.
Se presta a organizar
algunas fraternales celebraciones, como los cumpleaños, los santos u
onomásticas, con la fiesta y la entrega del regalo subsiguiente.
Plantea y motiva la realización de ese viaje por Navidad, Semana Santa u otro período
vacacional, a interesantes lugares que ha ido descubriendo en sus horas
de Internet o experiencia, destinos que pueden ser sugerentes para que la
mayoría disfruten de la muy interesante experiencia.
Es el que cuando una gran mayoría de integrantes está soportando el
aburrimiento, vaciando las botellas y las copas, en los letargos vespertinos,
comienza con sus chistes, anécdotas o juegos,
para entrar en esa fase necesaria de diversión y de pasarlo bien: hay que “salvar” la tarde.
Sabe motivar solidariamente para la recogida de ropa y alimentos, que posteriormente
serán entregados en familias que sufren temporales o permanentes estados
carenciales de naturaleza material.
Es aquél que también sugiere la visita
a esos otros grupos de “enfermos en la carencia de
afecto” ánimo y con la muy ingrata soledad y dolor, ubicados en
residencias especializadas, hospitales y centros de acogida.
Aquél que también sabe improvisar un baile o divertimento, en una tarde
de sábado, en la que unos y otros no saben qué hacer o como de llenar de
contenido las horas del fin de semana.
El que casi siempre “viene” con una noticia agradable, interesante, curiosa,
atractiva, para informar, narrar, discutir o simplemente disfrutar.
Es ese compañero que en el whatsapp
grupal escribe con frecuencia: “El sábado próximo
toca ir a comer o merendar en un nuevo chiringuito o establecimiento,
del que me han hablado bastante bien y donde preparan la mejor …”
Aquél que casi “siempre” conoce o se
encarga de localizar ese establecimiento donde “reparan”
a buen precio tal o cual utensilio de uso personal o también dónde encontrar
esa fruta o alimento de buena calidad que a todos gusta comprar y consumir.
Y así se podría continuar esta larga
relación de ejemplos, en los que este compañero y amigo suele hacer fácil lo difícil, cambiar
el letargo por la ilusión, la tristeza por la alegría, el aburrimiento por el
interés y la pasividad por la acción.
En determinados casos, algunos pueden
incluso “criticar” o no apreciar con buenos ojos el
protagonismo de este, sin duda, muy conocido compañero. Lo hacen, necia
e injustamente, aludiendo a su constante hiperactividad, lúcida improvisación o
a ese dinamismo que a algunos curiosamente parece que les abruma. Estas
actitudes, poco edificantes, generan actitudes o comentarios en cuyo trasfondo
no hay sino desazón y dudosa envidia, al ver que otros tienen lo que a ellos
lamentablemente les falta.
José L. Casado Toro
Julio 2024
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