La Universidad
de Málaga, tras dos competidas fases electorales, tiene desde el 12 de
diciembre un nuevo Rector, que deberá ejercer su función durante seis años.
Todos los que estamos vinculados, de una u otra forma, a la UMA le deseamos buena
suerte y el mejor acierto en su muy importante, difícil y trascendental
gestión.
En estas
“reñidas” elecciones han participado distintos estamentos de nuestra
Universidad. ¿Quiénes han podido elegir, con su voto democrático, al nuevo
Rector?
El grupo de PDIA, integrado por los profesores/investigadores
doctores, que tienen vinculación permanente con la UMA: catedráticos y
profesores titulares.
El grupo de PDIB, integrado por aquellos
profesores/investigadores no doctores o doctores sin vinculación permanente con
la UMA.
El grupo de PTGAS: personal técnico de gestión, administración
y servicio. Es decir, el personal no docente.
El amplio grupo
formado por los estudiantes matriculados en
las distintas facultades, durante este curso académico 2023-24.
Se da el caso
de que en la Universidad de Málaga hay un grupo de alumnos (así lo indica ese
carnet que se les concede y que sirve de bien poco) que en este curso 2023-24 suman
ya los 2.300 estudiantes. Son “alumnos” que, lógicamente, asisten a las clases
impartidas por los profesores de la UMA y cuya principal o singular
característica es que todos ellos superan los 55 años. Este grupo de alumnos
“mayores”, “veteranos” o “seniors” no cesa de incrementarse, curso tras curso,
año tras año.
A pesar de ser
alumnos de la UMA, estos 2.300 estudiantes no han
podido ejercer el derecho a votar al quien va a ser su nuevo Rector. Y
este impedimento es a causa de que los estatutos de la Universidad no
contemplan esta posibilidad.
¿Pero
son o no son alumnos de la UMA? Efectivamente se matriculan en el
plazo que se les asigna, pagan los derechos económicos que la Universidad
establece, asisten a las clases que se imparten para ellos, en uno o dos días a
la semana durante uno, dos o tres trimestres, en las instalaciones de El Ejido
y el centro Cívico de la Térmica y otros centros. Estudian, aprenden y se
enriquecen vivencial, cultural y sociológicamente.
De nuevo,
volvemos al interrogante anterior: ¿son o no
alumnos de la UMA? Bueno, son alumnos … “atípicos”, pues no se les
permite votar a su rector. ¿Y ese impedimento es debido a su elevada edad? No
parece lógica esta causa, pues si se hiciera un estudio de la edad media del
grupo PDIA (profesores doctores que tienen vinculación permanente con la UMA)
saldría en éstos una cifra muy superior a los 55 años.
Es evidente de
que la UMA, además de “echarles todas las flores posibles” ante su voluntad de
aprender, no los considera como “verdaderos” alumnos de la académica
institución. Aclaremos que muchos de estos alumnos Mayores de 55 llevan
vinculados a los cursos de la UMA más de dos décadas.
Para aceptar
la dudosa credibilidad de todos esos elogios con que se nos adorna, por parte
de los dirigentes universitarios, hubiera sido un gesto de justicia, de generosidad,
de valoración y verdadero reconocimiento, que estos 2.300 alumnos matriculados,
aunque “atípicos” hubieran podido elegir a su Rector. Pero en los dirigentes de
la UMA no ha existido esa generosidad, ni esa racionalidad.
Esos 2.300
alumnos, estudiantes mayores de 55, tendrían algo que decir con respecto a ese
Rector que los ha de regir. Efectivamente, podrían opinar acerca de la docencia
y algunas condiciones en las que esas enseñanzas “para mayores” se desarrollan.
Podrían opinar acerca del estado de algunas aulas, que son incómodas e
insalubres, por la masificación estudiantil que en ellas se concentra. Podrían
opinar acerca del mobiliario, que en muchas aulas es, obviamente, obsoleto, con
largas bancas en las que los alumnos no están separados y en cuyos escritorios
no se puede soltar un bolígrafo, porque rueda de inmediato al suelo. Podrían
opinar acerca de los sistemas informáticos utilizados, que resultan anticuados
y con sistemas de video proyección que no siempre tienen la suficiente nitidez
para esos ojos cansados de las personas mayores. Podrían opinar acerca de esas
pizarras, desde luego que no electrónicas, en las que el encerado y las tizas
tienen la dificultad de su difícil visibilidad. De continuo hay que pedirles a
los profesores que “aprieten“ más la tiza al escribir, a fin de distinguir algo
de lo que dibujan en el encerado. Podrían opinar ¿por qué no? de su percepción
acerca de la didáctica y la metodología aplicada por algunos docentes ¿Piensan estos
profesionales de la enseñanza que los alumnos mayores 55 no se dan cuenta de la
dudosa improvisación que soportan en la enseñanza de algunos módulos? Podrían
opinar acerca de las actividades extraescolares y visitas que se llevan a cabo
en los distintos módulos impartidos… Y así un largo etc.
Habría que
indicarle al Sr. nuevo Rector, que estos alumnos “mayores”, que no han podido
elegirle, suben cada tarde al altozano de El Ejido o se desplazan a las
instalaciones de la Térmica, haciéndolo con el ánimo, la voluntad y el
sacrificio del aprendizaje. No buscan la “distracción” (objetivo que
obviamente, no es negativo) sino que se esfuerzan por mejorar su cultura,
ejercitar su mente y enriquecerse sociológicamente, siempre con una docencia
cualitativa y atrayente. Sr. Rector, somos alumnos UMA, aunque la institución
no nos considere igual que aquellos que recorren las primeras décadas de su
existencia. Excmo. Sr. Rector: tenemos el derecho de elegir a quien nos ha de
regir.
Es penoso
comprobar de que, con estas recientes elecciones, 2023, los dirigentes UMA han
perdido una magnífica y hermosa oportunidad para considerar y valorar el
“latido vivencial y responsable” de estos 2.300 alumnos mayores de nuestra
Universidad. Ese error debe ser, justa y racionalmente, subsanado. -
José L. Casado
Toro
Alumno del
Aula Mayores 55 UMA.
Diciembre 2023
José Luis, comparto tus opiniones e intentaré hacerlas llegar a quien corresponde.
ResponderEliminarMuchas gracias, querida Mayte.
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