13 abril 2014

MALAGA CON SUS CRISTOS

Que poco nos falta ya para llorar la Pasión y cantar la Resurrección.

 Entre una cosa y otra las pasiones se levantan, las emociones se exaltan, los sentidos se despiertan, se abre la primavera y las flores son ofrendas con el incienso y la cera. Ya se escuchan las saetas, el sonido de las trompetas y el lamento del tambor elevando una plegaria.

Los azahares ofrecen su pureza rescatada, cuando en la calle alfombrada, de sus ramas se desprenden formando una sombra blanca, para dar paso al Señor.

En la calle de la Parra se escucha a una multitud, son niños con faraonas y con palmas en las manos que exclaman alborozados para que todos escuchen y les salgan a su paso, ellos gritan, y  nuevo gritan más alto ¡Hosanna en la tierra! al que del cielo, a Jerusalén llegó.
 Gentiles escriba y fariseos, por miedo a perder sus puestos acusaron al redentor y denunciaron por blasfemo. Veremos todo el proceso del más justo de los justos y el más bueno de los buenos. Al que en un juicio ilegal, como a un vulgar criminal condenaron a morir crucificado.

Él era el hijo de Dios, y en el nombre de su Padre, resucitaba a los muertos, perdonaba los pecados, expulsaba los demonios de pobres atormentados. Lloró junto a sus amigos, y se negó a ser el rey de todo el pueblo judío.

Aunque fue un manso Cordero evitó las tentaciones del astuto Lucifer.

Málaga, vestida de catequesis cristiana, nos la quiere hoy mostrar con su estilo personal. Son grandes tronos Barrocos en noble madera tallados y recubiertos con oro.

 Unos estarán de acuerdo y otros tendrán discordancia con la forma que hay de hacer en Málaga Semana Santa. Unos podrán comprender las enseñanzas mostradas, y otros, no verán nada más que distracción, vacaciones, playa, sol y, llegar de madrugada con muchas copas tomadas.

Sabiduría en la calle para recordar como gritaban, cuando entre palmas y olivos en Jerusalén entró subido en un borriquillo.

 Cenó rodeado por amigos, y aquella noche, allí en un cáliz para siempre su Sangre nos la brindó, bebiendo también el vino, que un buen Viñero viticultor, que de Málaga sería, en la cena le ofreció. En un Huerto una Oración le dirigía a su Padre, y como hombre le pedía que alejara de Él el cáliz. Un beso fue la señal del traidor, para que allí lo Prendiera aquella guardia romana. Su Nombre era muy Dulce y que Sólo se sintió en una noche estrellada que Cautivo lo dejó, sin que nadie lo Rescatara.

 El juicio no se atrasó y fue tal la rapidez que la justicia empleo, que hoy sería ilegal, ni tan solo tuvo derecho a un letrado defensor. La Sentencia que al Justo lo condenó, hizo que Poncio Pilato quisiera lavar sus manos, pues no encontraba motivo para la condena a muerte que acababa de firmar.

Fue Humilde y fue Humillado, atado a una Columna y Azotado sin piedad. Despojado de sus ropas con largo manto escarlata, en mano cetro de caña y una Corona de Espinas ¡Y nadie se conmovió por las Penas de su alma!

Dicen que Jesús es Rico y lleva un trono dorado cuando con su cruz a cuestas a un preso ha liberado, le ha dado la libertad, libertad que a Él le negaron. Y aunque hoy los malagueños quieran su angustia aliviar con flores y cruz de plata, no crea quien sólo ve con nuestros ojos humanos que engañan y no dejan ver lo que miran los cristianos. Dicen que es un derroche lo que hay en Semana Santa. Pues yo les quiero decir a quien me quiera atender, que debajo de esas prendas hay mucho más que no es eso: trabajo para tenderos, tallistas, imagineros, doradores, orfebres, floristas, camareros, carpinteros, los carrillos con limones y muchísimas cosas más, que dan trabajo al parado.

Solo es esa su riqueza, que Él, con túnica y con sandalias caminaba en Galilea, no necesitaba más. Sin cobijo y sin talega supo dar el alimento al que en su verbo creía, su mensaje recibía, y removiendo conciencias, Misericordia y Amor regalaba.

 Su cuerpo era descarnado y así es como lo llevaron Camino de la Amargura. Cruzando por La puente del Cedrón se dirigían sus Pasos hasta aquel Monte Calvario cargado con un madero, que su cuerpo lacerado no podía sostener cayendo más de una vez y aumentando su dolor. Mujeres lo Saludaban y le enjugaban su cara acercándole a sus hijos para que Él los cobijara.

La Pasión amoratada, en noche de luna llena solloza con amargura Los Milagros que realizó. Y el tiempo no se paró al verlo caer de nuevo sin compasión ni consuelo.

 Hasta el Gólgota llegó ayudado por un hombre de Cirene.

Crucifixión, la pena hay que cumplir y en la cruz dejan escrito el delito que cometió <<Jesús Nazareno Rey de los Judíos>>

Allí el Santo Suplicio y su Agonía se acercan, cuando al clavarlo en la cruz con su Sangre derramada, las Penas de sus hermanos quiere tenerlas cercanas.

Es Exaltado en la cruz y ha sido Crucificado con ladrones a sus lados y una vez que está elevado quiere perdonar pecados a aquellos dos delincuentes, más tan solo uno entiende que Él es el Hijo de Dios, y así le pide el Perdón.

Expirando está el señor, suplica una Buena Muerte para los que sufren con Él ese castigo tan duro. Cuando ahogado y con sed pide algo de beber, le dan ácido vinagre. También para sus verdugos quiere implorar el Perdón y le dice así a su Padre alzando al cielo sus ojos.

 << Abba, perdónalos, porque no saben lo que hacen>>

 Se dirige a su padre en un tono cariñoso a pesar del sufrimiento.  Abba, papá, papaíto, no te olvides de mi ni de ellos. Yo me uno a su petición y también le pido que no me olvide.

Es Descendido de la cruz; su madre lo recibe con Amor y el corazón atravesado por un afilado puñal. Rebosante de Piedad al Sepulcro es Trasladado para que descanse en su Paz Yacente cubierto en blanca Mortaja.

Al tercer día Resucitó como ya lo había anunciado.

 En esta historia no hay engaños ni falsas promesas, las promesas se cumplen. Él vino al mundo para Redimir al mundo y dar luz a la Ceguera, ceguera de Alma y del cuerpo. Por eso entregó su sangre y su vida. Ahora hace falta que el mundo se quiera redimir.

  Así se cumplió lo que estaba escrito y un repicar de campanas anuncia la buena nueva.

¡RESUCITÓ COMO LO HABIA DICHO!
 ¡ALELUYA!
 ¡RESUCITÓ!
 ¡ALELUYA!

Mª Eugenia Pereiro Barbero                                                 Abril 2014



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