13 abril 2013

FIRME PROMESA


Aquel joven se despidió de sus paredes que tantos recuerdos habían guardado:  sus sueños, sus ideas, sus sentimientos y ahora sus nostalgias.

Tomó sus cosas y miró el reloj, eran las ocho de la mañana y el sol empezaba a levantarse. Antes de marcharse le dirigió una oración al crucifijo, luego lo besó, lo volvió a mirar y lo echó en la bolsa de viaje.

Salió a la calle y no miró hacia atrás, siguió caminando mientras sentía que brotaban algunas lágrimas en sus ojos. En un momento se detuvo, su mirada se había nublado y su rostro mostraba la tristeza por su partida necesaria… necesaria para trabajar, necesaria para vivir, necesaria para ser feliz y necesaria para transformarse.

Había encontrado trabajo fuera de sus fronteras y no dudó en aceptarlo. Como pudo subió al tren y allí se encontró con otros ojos iguales a los suyos y los mismos rostros.

Cuando se alejaba más se aferraba el corazón a su tierra, quiso por un momento bajarse y volver atrás, pero la decisión ya estaba tomada y su promesa echada.  ¡Volveré tan pronto  mi país  supere la crisis!.



Juan Fernández Pacheco – Abril 2.013


1 comentario:

  1. Un sentimiento real que se apodera de todos los que están teniendo que salir del país para poder vivir, o mejor dicho sobrevivir. Porque cuando todo lo que quieres lo tienes que dejar atrás, los bocados que llegan a la boca son muy amargos.
    Muy buena reflexión.
    Esperanza.

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