02 febrero 2012

LA SALVACIÓN HUMANA.

(Recapitulo las reflexiones que he colgado/estoy colgando en mi blog). http://www.blogdetomasmorales.blogspot.com/

1.- Nuestra Salvación está en el Cosmos. Cuando el TODO está bien, están bien las Partes de ese todo, y como yo formo parte de ese todo, debo contribuir al bien del TODO.
El Cosmos es como el cuerpo humano, un TODO. Para que el Cuerpo esté bien, cada una de sus partes (manos, pies, ojos, pulmones, estómago, hígado, riñones,….) deben realizar sus funciones de manera correcta.

Lo importante es el TODO, del cuerpo (a nivel personal) y del Cosmos (a nivel humano general). Salvemos el Comos y estaremos todos a salvo, salvados.
Es más que una Ecología, es una ECOLATRÍA o COSMOLATRÍA.
Lo divino es el ORDEN (cosmos) y el pecado es desordenar lo ordenado. Estamos perdidos, condenados, si nos cargamos el comos. Esa es la Injusticia, “desajustar” lo ajustado.
El agua, el aire, la tierra y el fuego (calor), los cuatro elementos de los primeros filósofos, deben estar en su justa medida, en su justa proporción.
La contaminación de todos y cada uno de esos elementos, “cargarnos el planeta” es “tirarnos piedras sobre nuestro propio tejado”.
¿Qué es el “agujero de ozono” sino un desorden que estamos produciendo y por el que…
¿Qué es la “contaminación atmosférica” sino un desorden que estamos produciendo y por la que…
¿Qué es la “desertización” sino un desorden que estamos produciendo y por la que…

Mantener, en todo la “Justicia”, “lo justo”, ni más de… ni menos de….

Cuando, con nuestra actuación, cooperamos a que cada parte “encaje”, estamos siendo “justos” y podemos sentirnos “felices”, “salvados”.

2.- Nuestra Salvación nos viene de Dios, es un regalo, una donación divina.
Lo divino ya no es el cosmos, sino que Dios se ha “encarnado”, se ha hecho hombre para redimirnos, “salvarnos” del desorden que nuestros primeros padres introdujeron en el mundo con su pecado de desobediencia.
El hombre estaba “perdido” y Dios tuvo que bajar a la tierra, “hacerse hombre”, para salvarnos.

No “nos salvamos”, es Dios, Cristo, quien “nos salva”. La Salvación nos viene “de fuera”.
Él nos ha revelado las “verdades” que debemos creer (los dogmas) y las conductas que debemos practicar (los mandamientos). Sólo así nos hacemos merecedores del regalo de la salvación, pero Dios no está obligado a regalárnoslo.
Como todo está en sus manos, como “todo lo que ocurre en este mundo, ocurre cuando Él quiere, donde Él quiere, como Él quiere, porque Él quiere…..” , roguemos, recemos, pidámosle que nos conceda la “salvación”.
Además una Salvación eterna y “con el mismo cuerpo y alma que tuvimos”.
No nos diluimos, como la gota de agua se diluye en el mar (la Parte en el Todo), sino que seguimos siendo “nosotros” y, además, “para toda la eternidad”.

La Religión y su Salvación Personal se han hecho, para el hombre, más atractivas, que la Salvación Filosófica Anónima e Impersonal.

La Salvación nos viene por el “creer”, no por el “saber”.

El período “cosmocéntrico” griego ha sido superado, y con creces, por el período “teocéntrico” cristiano.

3.- Igual que el “geocentrismo” fue superado por el “heliocentrismo”, el “teocentrismo”, a su vez, fue superado por el “antropocentrismo” renacentista y moderno.
El futuro está en nuestras manos y no en manos, ni del cosmos ni de Dios.
Lo que nos ocurra depende de nosotros. El futuro está en nuestras manos.
La Razón (para conocer), la Tecnología (para actuar), la Libertad (para decidirse) y la Responsabilidad (como consecuencia) son las nuevas “armas” de las que dispone el hombre para hacer de este mundo no un lugar de paso sino una “morada”.
El hombre ya no quiere irse de este mundo, para vivir eternamente, sino vivir intensa y placenteramente, en este mundo, mientras está vivo. El palacio lujoso ha sustituido al sobrio castillo medieval. La pobreza ya no se estila, sino como una desgracia ni buscada ni deseada.
Con el telescopio se han agrandado, verticalmente, los cielos y con la brújula se ha ensanchado, horizontalmente, la tierra.
Y él se siente protagonista de su destino.

4.- Todo lo anterior es Falso. Son Mitos, son Ideales, que el hombre ha inventado para ser feliz.
Ni en el Cosmos, ni en Dios, ni en el Hombre está la Salvación.
No existe la Salvación. No hay una Meta salvífica prefijada ni un Camino salvador por el que se llegue a ella.

El edificio cultural que el hombre ha construido a lo largo de la historia está con “aluminosis” y todo él se viene abajo.

“Caminante, no hay camino,….y al volver la vista atrás….” Pero ¿Y adelante?. ¿Hay META?. NO.

Debemos acostumbrarnos a vivir a la intemperie, los paraguas salvíficos eran falsos, interesados, pero no reales, no te resguardan de la lluvia.

¿Qué hacer?. ¿Cómo obrar?.

¡Allá cada uno¡. Es el triunfo del INDIVIDUALISMO.

(¿Continuará?)


Tomás Morales Cañedo
-Filósofo

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