Agosto era mi mes deseado. Desde abril o mayo, agosto era la palabra más pronunciada en los preparativos para las vacaciones. Era el mes que me tocaba para abandonar la sierra y buscar el mar. Talassa, y, casi me tiraba al suelo cuando a pocos kilómetros al sur de Granada desde una altura de la carretera, veía un pedacito de ese mar que me vió nacer y que había sido toda mi vida.
Ya no deseo que llegue agosto porque tampoco tengo vacaciones, o dicho de otra manera, siempre las tengo.
Pero no por eso olvido y aún sigo viviendo cuando mis hijas llegaban a la playa cargadas de cubos, palas, rastrillos, porque lo pesado, lo gordo lo llevamos su madre, sus abuelos, o yo.
Creo que en el fondo todavía vivo aquellos agostos de siempre, bueno casi de siempre ,hay diferencias. El descanso, la tranquilidad el poder decidir para mañana… el agosto que ha pasado se ha encargado de sorprenderte, desorientarte y pensar, que venga pronto septiembre que ya veremos.
En un mes que nunca pasaba nada, que podías además dormir la siesta y decidir la hora del tinto y las tapas, dejado atrás el oler a asfalto o pinos y en su lugar, marismas algas y yo que sé.
Me había dejado atrás apagada y bien apagada una televisión que desde que los niños la descubrieron, se había convertido en la pesadilla de la familia , siempre en medio, siempre el yo todopoderoso. En mi playa, a la orilla del mar , si acaso y rara vez , era la radio la que encendía, porque poco me preocupaba la bolsa, los indignados o las orillas musulmanas del Mediterráneo.
Ese mes en el que nunca pasaba nada, no era este agosto. Las bolsas caen casi buscando el fondo. Países que hace mucho más de medio siglo nada había rebajado la confianza de su economía. La juventud de EEUU se vuelve rabiosa y saquea los comercios más importantes del país, dejando pequeñita a Gran Bretaña. Italia saca unas tijeras y recorta, recorta, no deja provincias ni pueblos ni títeres con cabeza . Los rebeldes libios asalta la jaima de Gadafi, tiran al suelo el libro verde y gritan libertad imitados por otras costas. El Banco de Europa se saca los bolsillos porque países con más de cincuenta años de solvencia económica tienen el agua al cuello. Las autoridades de todos los colores violan, corrompen y el Papa bajo cuarenta grados recibe a mas de millón y medio de peregrinos y los despide con tormentas, truenos y rayos..
Hasta el fútbol, quien lo diría, se va a la huelga y … hay que cambiar de planes y comerse el marisco y pescaito que había preparado para con los amigos gritar, a lo mejor, ese gol que tanto esperábamos. Hasta un gabinete de crisis a la voz de ya de Zapatero, decide cambiar la Constitución de la noche a la mañana, mientras aprovechando que nadie lo ve, alguien mete un dedo en el ojo ajeno.
Ya hemos despedido a un mes tan cariñoso que nunca había pasado nada, pero que este año se ha vestido de calor y dice que nos va recomendar a septiembre.
Francisco Oses/Septiembre 2011
Ya no deseo que llegue agosto porque tampoco tengo vacaciones, o dicho de otra manera, siempre las tengo.Pero no por eso olvido y aún sigo viviendo cuando mis hijas llegaban a la playa cargadas de cubos, palas, rastrillos, porque lo pesado, lo gordo lo llevamos su madre, sus abuelos, o yo.
Creo que en el fondo todavía vivo aquellos agostos de siempre, bueno casi de siempre ,hay diferencias. El descanso, la tranquilidad el poder decidir para mañana… el agosto que ha pasado se ha encargado de sorprenderte, desorientarte y pensar, que venga pronto septiembre que ya veremos.
En un mes que nunca pasaba nada, que podías además dormir la siesta y decidir la hora del tinto y las tapas, dejado atrás el oler a asfalto o pinos y en su lugar, marismas algas y yo que sé.
Me había dejado atrás apagada y bien apagada una televisión que desde que los niños la descubrieron, se había convertido en la pesadilla de la familia , siempre en medio, siempre el yo todopoderoso. En mi playa, a la orilla del mar , si acaso y rara vez , era la radio la que encendía, porque poco me preocupaba la bolsa, los indignados o las orillas musulmanas del Mediterráneo.
Ese mes en el que nunca pasaba nada, no era este agosto. Las bolsas caen casi buscando el fondo. Países que hace mucho más de medio siglo nada había rebajado la confianza de su economía. La juventud de EEUU se vuelve rabiosa y saquea los comercios más importantes del país, dejando pequeñita a Gran Bretaña. Italia saca unas tijeras y recorta, recorta, no deja provincias ni pueblos ni títeres con cabeza . Los rebeldes libios asalta la jaima de Gadafi, tiran al suelo el libro verde y gritan libertad imitados por otras costas. El Banco de Europa se saca los bolsillos porque países con más de cincuenta años de solvencia económica tienen el agua al cuello. Las autoridades de todos los colores violan, corrompen y el Papa bajo cuarenta grados recibe a mas de millón y medio de peregrinos y los despide con tormentas, truenos y rayos..Hasta el fútbol, quien lo diría, se va a la huelga y … hay que cambiar de planes y comerse el marisco y pescaito que había preparado para con los amigos gritar, a lo mejor, ese gol que tanto esperábamos. Hasta un gabinete de crisis a la voz de ya de Zapatero, decide cambiar la Constitución de la noche a la mañana, mientras aprovechando que nadie lo ve, alguien mete un dedo en el ojo ajeno.
Ya hemos despedido a un mes tan cariñoso que nunca había pasado nada, pero que este año se ha vestido de calor y dice que nos va recomendar a septiembre.
Francisco Oses/Septiembre 2011
...Deseado por tí, por ella y por nosotras... Yo soy una de las niñas que jugaba con mi cubo y mi pala a tus pies y en nuestra playa... Efectivamente esos agostos pasaron, ya no juego contigo ni con mis hermanas en la playa sino con mis hijos pero te cuento un secreto siempre te llevo conmigo y cada día te admiro,respeto y te adoro más y más.
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