08 mayo 2011

AUGURIOS

Huyendo de los rigores del verano cordobés mis padres nos llevaban, a mis hermanos y a mí, a pasar unos días en Ceuta. Nos repartíamos entre varias casas y a mi me tocaba en la de un hermano de mi madre (mutilado durante el Glorioso Alzamiento en la batalla del Ebro) que vivía en Hadú. Cada mañana me despertaba el gallo del vecino a las seis en punto. Antes de que se oyera ningún grito en el solar el gallo cantaba con tanto poderío que parecía que la historia de la humanidad iba a comenzar de nuevo en aquel preciso instante. Esto sucedió durante todo aquel verano hasta la madrugada del día previsto para la vuelta, que el silencio fue sepulcral.

Por la mañana pregunté a mi tío qué le podía haber pasado al animal. Ya lo habrán sacrificado, me dijo, en honor a Kámala, su sangre se la habrán dado a beber al santo, reservando la pechuga y los muslos para sus devotos. Así fue como me enteré que el vecino de mi tío era hindú y que el gallo no había ido a parar a la cazuela, fin que nosotros los cristianos damos a estos animales.

Nada ha cambiado a lo largo de la historia. Antes de morir, con el tarro de la cicuta en la mano, también Sócrates recordó a su discípulo Critón que le debía un gallo a Esculapio, el dios de la salud. Este misterio socrático lo recordaba yo cuando haciendo zapping observé las muchas cadenas que ofrecen cambiar tu destino solo con llamar al o la vidente que más se acerque a tus necesidades. Con una llamada pueden hacer que tu pareja retorne, ayudarte en el amor, la salud o el trabajo y procurarte la felicidad. Todo ello sin sacrificar ningún gallo, solo abultando sensiblemente la factura telefónica.
Con respecto a la naturaleza de sus vaticinios, estos se parecen mucho a los que promulga el Calendario Zaragozano: este año habrá terremotos, inundaciones y sequías, olas de frío y de calor, aunque no se especifica dónde ni cuándo. Por lo demás, morirán algunos políticos famosos, habrá guerras y enfermedades desconocidas, y deberemos estar atentos a las Cabañuelas si queremos que las cosechas sean abundantes. Total nada.

Y es que esto de querer conocer lo que el futuro nos tiene preparado (sea favorable o adverso) es algo consustancial a los seres humanos. Tengo un íntimo enemigo de club de futbol con el que comparto exilio de algunas palabras, todas ellas a cual más escatológica. Pues bien, su suerte siempre está unida a los excrementos. Pisar una caca de perro o que un pajarito te la deje caer encima es señal de que la suerte está a tu favor y compra boletos para todos los sorteos de ese día. Su pobreza no ha variado desde que le conozco, pero él insiste en la bondad del detrito.

Le he preguntado a mi siquiatra (ya les hablé de él en otra ocasión) acerca de éste fenómeno de la adivinación, por si me vendría bien consultar con algún augur sobre mi problema. Qué se creen que me ha contestado el muy bribón. «Nono, lo tuyo no necesita adivinación alguna, está claro que padeces un trastorno histriónico de la personalidad. Ya te lo he dicho mil veces»


Nono Villalta (mayo 2011)


2 comentarios:

  1. Parece mentira que a estas alturas del siglo XXI, trás 35 años del fallecimiento del dictador más cruel y sanguinario que ha padecido España, todavía haya quién llame Glorioso Alzamiento a los que fué un ilegal y traidor levantamiento en armas contra la legalidad instituida en la República Española.
    Vivir para ver.

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  2. Magnífica la ironía con la que trata el tema. ¡Enorabuena! Julia.

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