15 diciembre 2009

ESTO, EN PRINCIPIO ES, UNA REFLEXION…DE UNA DE LAS NAVIDADES… BUENO, TU LEE… Y MUCHO MAS TARDE LO PIENSAS…


 

Era en medio del mar, frío, viento, mucho viento. Se notaba que se abrazaban el cielo y el mar allá por el Este. Estaba casi terminando el mes y el año, pero había nacido el Salvador. Y nació entre Carlos, Juani, Checha, Moj ,Ferray y 90. Todos eran de la posada. Y no había ni paja ni establo ni buey ni mula. Sólo buena voluntad, entre aquellos que habían sido escogidos como pastorcillos de Navidad… ah, si. Había algo muy importante, la mirada de todos era limpia.

No se por qué ese sitio para nacer. Unas islas tan pequeñas y tan lejos de tierra. Lo que si sé es que nació, no lo nacieron. Que nació como nacemos todos, como uno más. Había renunciado a cetro y corona para convertirse en un Niño feliz, al que todavía no le había alcanzado el dardo de la historia.

Creo que no sabía todavía que era Dios. Seguro que era el regalo del Padre.

Recuerdo que todos íbamos a cantarle a casa de Ana, antes de caer la tarde. Allí nos daban un vaso de leche y un pedazo de pan con higos y pasas. Y nos marchamos todos, todos y el recuerdo del Niños entre nosotros, porque nos queríamos, nos habíamos perdonado…todos juntos, pastorcillos, pescadores y los hijos del dueño de la posada.

Luego vinieron muchas más navidades, detrás de las más felices de mi vida. Por eso, en este momento, hoy tengo prisas en deciros, antes de abrir el libro del Nacimiento, antes que la estrella se lleve la inocencia… que mucho antes de salir a comprar el turrón y los mostachos, nos compremos a nosotros mismos para Dios, y, no podamos ser vendidos 33 años después por 33 monedas de euro.

Por eso Sr. yo no se…

Cuantas posadas habré cerrado desde entonces, al oír los pasos cansados de tu burra, sin dar tiempo a que José preguntara… Quién vive…¡

Pero cuando llegue la noche más larga, que es cuando duele la impotencia de la soledad… que es cuado se escucha nítida la conciencia, con testigos como la mula y el buey, voy a hincar la rodilla de mi suficiencia para decirte despacito, que eres muy pequeñín y puedo asustarte… y mira, como no tengo ya nada que darte, porque lo he ido perdiendo todo día a día, durante tantos años… pues escúchame al menos… porque tengo que decirte…

… Que si Tu sólo puedes dar la fe, yo puedo ser el dedo que señale como se va a Ti.

… Que si Tu eres amor… yo puedo enseñar a muchos como se ama…

… Que si Tu puedes hacer lo imposible yo voy a ser lo posible…

… Que si tú puedes hacer un Sol que caliente a todos los hombres… yo sólo haré una silla para que se pueda sentar un viejo cansado, a tomar ese sol.


 

NAVIDAD 2.009

Paco Oses

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor: Se ruega no utilizar palabras soeces ni insultos ni blasfemias, así todo irá sobre ruedas.
Reservado el derecho de admisión para comentarios.

Buscar