No se demoren por favor.
Todos. Vengan todos.
A unirse a esta gran rueda,
Que va entrelazándose
Con manos invisibles,
En un fluir
De voces secretas.
Todos. Vengan todos.
A circunvalar la Tierra.
Sin perder el equilibrio
Hay que girar rápido.
Y subir. Subir muy alto.
Hasta las nubes,
Para después volver
Con alma de poeta.
¡Se nos muere el mundo!
Ya casi muerto está de pena.
Y hay semillas de niños en los vientres,
Y maná de ubre en víspera de espera:
Porque marcan de antemano
Un nacer y su condena. .
¡Se nos muere el mundo!
Y es de todos:
Por este hacer sucumbir
Nuestras conciencias.
Escuchen la llamada, por favor.
Gire la gran rueda.
Manos prietas se anuden
A no romper el giro,
Que acompasado va en voces
De dolidas gargantas sedientas.
El corazón salido del pecho
Corre y corre, tramontana de amor,
Por la urgencia.
En trance de amor perdido;
El mundo se convulsiona. Truena.
Silbidos rompen los aires
No a un mundo de equívocos...
Detened la insolencia:
De arrastrar un Paraíso,
Cuando fundidas van ley y conciencia.
Dejemos al mar con su amargura;
Los ríos corriendo a su manera,
Que crezcan montes y valles, y
Lo verde que Dios hiciera.
Perdido el amor…
-Un Mundo solo-
NATURALEZA PLENA
Maruja Quesada Martín
Abril 2007
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