08 marzo 2025

UN POEMA PARA EL SÁBADO: AGUSTÍN MILLARES SALL

 

No vale

Te digo que no vale
meter el sueño azul bajo las sábanas,
pasar de largo, no saber nada,
hacer la vista gorda a lo que pasa,
guardar la sed de estrellas bajo llave.

Te digo que no vale
que el amor pierda el habla,
que la razón se calle,
que la alegría rompa sus palabras,
que la pasión confiese: aquí no hay sangre.

Te digo que no vale
que el gris siempre se salga con la suya,
que el negro se desmande
y diga “cruz y raya” al júbilo del aire.
Vuelvo a la carga y te digo: aquí no cabe
esconder la cabeza bajo el ala,
decir “no sabía”, “estoy al margen”,
”vivo en mi torre, sólo y no sé nada”.
Te digo y te repito que no vale

 

“Habla Viva”, 1964

 

Agustín Millares Sall (Las Palmas de Gran Canaria, 30/06/1917-Las Palmas de Gran Canaria,06/03/1989).
Formó parte de una familia muy comprometida con la cultura; era hijo del poeta Juan Millares Carló y hermano de los pintores Manolo Millares y Eduardo Millares, del poeta José María Sall, del timplista Totoyo Millares y de la pintora Jane Millares Sall.

Muy joven se significa políticamente, razón por la que con veinte años ya ha conocido varias detenciones y un destierro en la isla de Lanzarote. En 1941 ingresa en la naviera Trasmediterránea, en la que trabajará hasta su jubilación. El escritor se implicará en las empresas culturales más arriesgadas de la posguerra, caracterizándose toda su obra por el contenido ético. 

Es uno de los poetas canarios contemporáneos más conocidos y populares. De una poesía realista, denunciadora, incitadora a la acción en pro del compromiso por la libertad y la paz, incurre luego en un surrealismo lógico y lúdico para desembocar en una poesía de introspección metafísica de la realidad.

Se le considera uno de los poetas más representativos de la llamada poesía de testimonio, iniciada por Rafael Alberti y Vicente Aleixandre, pero sobre todo por Pablo Neruda.

Publicó su primer libro en 1944,  y el último vio la luz en 1989, poco después de su muerte, aunque estuvo unos años, de 1950 a 1960, en los que no publicó nada, debido a  problemas fundamentalmente políticos.

En 1985 le fue concedido por el Gobierno de Canarias el Premio Canarias de Literatura.

Varios de sus poemas fueron musicados entre otros artistas por: Taburiente, Caco Senante, Palo, Rosa León o Los Sabandeños.

Entre sus obras podemos señalar Sueño a la deriva, su primer libro o sus antologías Poesía Unánime y El paraíso de los nudos.


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