Artículo de J. Guillermo Sánchez León, Instituto Universitario de Física Fundamental y Matemáticas (IUFFyM), Universidad de Salamanca. Publicado en la revista digital The Conversation
Abraham Zacut, uno de los mayores astrónomos de occidente, fue
expulsado de España por su condición de judío en el reinado de los Reyes
Católicos. Esa misma razón le impidió dar clases en la Universidad de
Salamanca, ciudad en la que nació en 1452. En 2015 se celebró en Jerusalén el
500 aniversario de su muerte, aniversario que pasó inadvertido fuera del mundo
hebreo.
Actualmente, la Biblioteca de Ciencias de la Universidad de Salamanca lleva su nombre y ahora le estamos dedicando una
exposición: La astronomía en tiempos de Abraham Zacut ¡Más vale tarde que nunca!
La vida de Abraham Zacut (o Zacuto) es la de un emigrante permanente que
en complejas condiciones contribuyó al desarrollo de la astronomía. Para
entender su figura es necesario hacer un paréntesis, un breve recorrido por la
historia de la astronomía.
La supervivencia de la astronomía
La astronomía dio un paso de gigante con
la publicación por Claudio Ptolomeo de Sintáxis Matemática (c.
150), conocido como Almagesto, por su traducción al árabe.
Tras la caída del Imperio Romano de Occidente gran parte de las
obras clásicas grecolatinas quedaron relegadas a unos pocos monasterios.
Afortunadamente, la astronomía tuvo continuidad a través del Islam,
primero en Bagdad y más adelante en al-Andalus, donde Córdoba y Toledo ocuparon
un papel destacado.
El Toledo árabe pasó a dominio cristiano pero gracias al impulso de Alfonso X el Sabio, la astronomía mantuvo un papel destacado.
En su reinado
se elaboraron las Tablas
alfonsíes que se basaban en el modelo ptolemaico descrito en
el Almagesto. Estas
permitían, entre otras cosas, calcular con sencillez las posiciones de los
planetas, el Sol y la Luna. Traducidas del castellano al latín, posiblemente en
París, se esparcieron por las grandes universidades europeas.
Sorprendentemente
dejaron de utilizarse en Castilla hasta que fueron reintroducidas en 1460 por Nicolas Polonio, primer catedrático de astronomía/astrología en la
Universidad de Salamanca.
En esta época nació en 1452 en Salamanca Abraham Zacut o Abraham
Ben Zacuto, de familia judía originaria de Francia. Zacut desempeñó un papel
relevante en el desarrollo de la astronomía. Desde muy joven destacó por sus
excepcionales capacidades. Sin embargo, al ser judío no pudo ser profesor en la
Universidad de Salamanca.
La tabla de movimientos
de la Luna y la obra de Zacut
Su gran obra
es ha-Ḥibbur ha-gadol (La Gran Composición),
finalizada en 1478, cuyos cánones (normas de uso) fueren traducidos poco
después (1481) al castellano por Juan de Salaya, catedrático de la Universidad,
con la ayuda de Zacut. Se basó en las Tablas
alfonsíes.
Su elaboración supuso un gran esfuerzo de cálculo. Por ejemplo, la
tabla de movimientos de la Luna requiere calcular 11.325 posiciones diarias
consecutivas; pasado ese tiempo el ciclo se repite, por lo que su aplicación se
extendía a cualquier año. Este tiempo de tablas se conocen como almanaque perpetuo.
Zacut, como era normal en su época, hizo pocas observaciones
astronómicas. Él cita cuatro casos: la ocultación de la estrella Spica por la
Luna en 1474, la ocultación de Venus por la Luna en 1476, el eclipse total de
29 de julio de 1478 y el de 16 de marzo de 1485. La mayoría de sus trabajos son
de carácter teórico.
Los cálculos astronómicos frecuentemente se utilizaban para
construir cartas astrales y para aplicaciones religiosas, por ejemplo las
fechas de determinadas fiestas, como es el caso de la Pascua en el mundo
cristiano.
También podían
aplicarse en la náutica, en un momento en el que se estaba iniciando la
navegación transoceánica. Por ejemplo, a partir de la posición del Sol y de las
estrellas puede estimarse con facilidad la latitud. La longitud era difícil de
estimar, pero podían emplearse los eclipses lunares para hacerlo. Las tablas del Ḥibbur podían utilizarse con estos fines.
Zacut astrólogo
Zacut, como casi todos los astrónomos de su época, por
convencimiento o como medio de sustento, realizaba trabajos de astrología,
incluida la elaboración de cartas astrológicas con distintos fines,
especialmente para su aplicaciones en medicina.
Al inicio de
la década de 1480 se trasladó a Gata (Extremadura) para formar parte del
“colegio invisible” de sabios que reunió Juan de Zúñiga y Pimentel, maestre de la Orden de
Alcántara. A petición de éste, Zacut
escribió hacia el año 1486 la obra astrológica el Tratado breve en las ynfluencias del cielo, seguido de una obra corta, De los eclipses de sol y la
luna.
La expulsión de los
judíos
Tras la expulsión de los judíos de España, ordenada en 1492 por los Reyes Católicos, Zacut fue
acogido en Portugal en 1493, como astrónomo y matemático del rey Juan II y de
su sucesor, el rey Manuel. Frecuentemente se ha escrito que les asesoró en
asuntos de navegación, pero Chabas y Golstein , quizás las personas
que más han estudiado la obra de Zacut, dudan de que fuese así.
Su obra más famosa
En 1496 se
publicó en Leiria (Portugal) su obra más famosa: el Almanach perpetuum.
La información
sobre esta obra es confusa, ni siquiera se puede asegurar que fuese autorizada
por Zacut. Su editor fue [Samuel d’Ortas], un judío que normalmente publicaba
obras en hebreo. Poco después, los judíos fueron expulsados de Portugal. Quizás
esto explica la premura con la que fue editado el Almanach perpetuum .
Con frecuencia se ha presentado como una traducción latina del Ḥibbur, pero es más correcto
considerarlo una adaptación. Las tablas, en su mayoría, proceden del Ḥibbur; sin embargo, los cánones
difieren.
En 1496 se vio
forzado a abandonar Portugal, viajó al norte de África, y durante algún tiempo
vivió en Túnez, donde finalizó de escribir su obra de carácter histórico Séfer Yujasín (El
libro de las genealogías). Después de 1505 (la fecha exacta se
desconoce) se trasladó a Damasco y de ahí a Jerusalén, donde debió morir entre
1514 y 1515. En esta ciudad calculó varias tablas para el meridiano de
Jerusalén utilizando el calendario judío.
El Almanach perpetuum en
distintas variantes alcanzó gran difusión. De él se hicieron varias ediciones y
es de los pocos casos en que textos elaborados en Occidente fueron traducidos
al árabe. Se conocen versiones realizadas
en los dos extremos del Mediterráneo: una editada en Estambul, en el siglo XVI,
y otra en Marruecos en el XVII.
La influencia de su obra ha sido mayor en el mundo hebreo que en
Occidente y merece la pena ponerla en valor.
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