07 febrero 2024

EL CULTURAL.- 29: MARÍA CALLAS (II)

   

    Pese a sus irregularidades, problemas personales y desplantes y a despecho de una carrera bastante breve, Callas fue una de las mejores sopranos del siglo XX. Sus cualidades eran únicas, de forma que sus sonoridades veladas, sus graves algo abiertos, sus notas a veces ásperas, eran sorteados y convertidos por ella en virtudes con un genio indiscutible en un lento proceso de maduración expresiva que sellaba superiormente las situaciones anímicas de sus personajes. Y cuya magnífica  técnica vocal le permitía escalar una zona aguda en la que el timbre tomaba caracteres de campana de cristal.

   Cinco personajes, cinco óperas, jalonan su trayectoria. Recorremos los roles que más interpretó a lo largo de una corta pero intensa carrera, imprimiéndoles su intensidad dramática y su versatilidad vocal.

NORMA (Vincenzo Bellini)   Es su ópera fetiche que interpretó 89 veces entre 1948 y 1965. Sabía dar a la sacerdotisa druida toda su gigantesca dimensión, tocarla de su hálito trágico y vencer su amplia tesitura, dibujar sus agilidades y mostrar las contradicciones del personaje. Fue precisamente esta obra la que se negó a representar ante el presidente Gronchi porque no se encontraba bien. Aquella espantada marcó en cierto modo el devenir artístico de la soprano

LA TRAVIATA (Giuseppe Verdi) Entre 1951 y 1958 la cantó en 63 ocasiones. Una de las últimas fue en el Teatro San Carlos de Lisboa junto a un joven Alfredo Kraus. Violetta en la voz de Callas vivía su peripecia con un dramatismo desgarrador, y se entregaba a un sacrificio baldío para salvar el honor de la familia de Alfredo Germont. Se dijo que en la cantante se daban cita las tres sopranos que configuran la vocalidad de un personaje: una lírico-ligera, una lírica pura y una dramática.

TOSCA (Giacomo Puccini) 51 funciones entre 1942 y 1965. En un video grabado en Londres el año 64 se recoge el final del segundo acto. En él, después de un maravilloso Visi d’arte (1) Callas se enfrenta al malvado Scarpia y lo mata de varias puñaladas. Nadie ha cantado como ella aquello de Avante lui tremaba tutta Roma (2) La diva recreaba como nadie la personalidad de Tosca,  también ella una diva de la escena.

LUCIA DI LAMMERMOOR (Gaetano Donizetti) 46 veces vistió el papel, una de ellas en Berlin bajo la dirección de Von Karajan. La soprano muestra cómo dar entidad dramática a la joven sin olvidar el servicio a una compleja coloratura a la medida de una lírico-ligera. Escalofriante su interpretación del Aria de la locura.

AIDA (Giuseppe Verdi) La llevó a escena en 33 ocasiones. El lirismo del personaje de la esclava, sus nostalgias en la escena del Nilo y las sonoras frases del cuadro de la Marcha triunfal encontraron en ella una intérprete idónea y a veces arriesgada que, en una representación mexicana de 1951, se elevó, al final del segundo acto, al Mi bemol sobreagudo, que planeó durante casi 30 segundos  por encima de los conjuntos.

1.  Viví de arte, viví de amor, nunca hice daño a ninguna criatura…

2.  Delante de él temblaba toda Roma…

Nota necesaria: Normalmente, mis reseñas son bastante libres y recortan en gran medida el texto original. Sin embargo, ésta es casi por completo una copia literal del artículo firmado por Arturo Reverter.

JOSÉ RAMÓN TORRES GIL


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