Pese a sus
irregularidades, problemas personales y desplantes y a despecho de una carrera
bastante breve, Callas fue una de las mejores sopranos del siglo XX. Sus
cualidades eran únicas, de forma que sus sonoridades veladas, sus graves algo
abiertos, sus notas a veces ásperas, eran sorteados y convertidos por ella en
virtudes con un genio indiscutible en un lento proceso de maduración expresiva
que sellaba superiormente las situaciones anímicas de sus personajes. Y cuya
magnífica técnica vocal le permitía
escalar una zona aguda en la que el timbre tomaba caracteres de campana de
cristal.
Cinco
personajes, cinco óperas, jalonan su trayectoria. Recorremos los roles que más
interpretó a lo largo de una corta pero intensa carrera, imprimiéndoles su
intensidad dramática y su versatilidad vocal.
NORMA
(Vincenzo Bellini) Es
su ópera fetiche que interpretó 89 veces entre 1948 y 1965. Sabía dar a la
sacerdotisa druida toda su gigantesca dimensión, tocarla de su hálito trágico y
vencer su amplia tesitura, dibujar sus agilidades y mostrar las contradicciones
del personaje. Fue precisamente esta obra la que se negó a representar ante el
presidente Gronchi porque no se encontraba bien. Aquella espantada marcó en
cierto modo el devenir artístico de la soprano
LA
TRAVIATA (Giuseppe Verdi) Entre 1951 y 1958 la cantó en 63 ocasiones.
Una de las últimas fue en el Teatro San Carlos de Lisboa junto a un joven
Alfredo Kraus. Violetta en la voz de Callas vivía su peripecia con un
dramatismo desgarrador, y se entregaba a un sacrificio baldío para salvar el
honor de la familia de Alfredo Germont. Se dijo que en la cantante se daban
cita las tres sopranos que configuran la vocalidad de un personaje: una
lírico-ligera, una lírica pura y una dramática.
TOSCA
(Giacomo Puccini) 51 funciones entre 1942 y 1965. En un
video grabado en Londres el año 64 se recoge el final del segundo acto. En él,
después de un maravilloso Visi d’arte (1) Callas se enfrenta al malvado Scarpia
y lo mata de varias puñaladas. Nadie ha cantado como ella aquello de Avante lui
tremaba tutta Roma (2) La diva recreaba como nadie la personalidad de Tosca, también ella una diva de la escena.
LUCIA
DI LAMMERMOOR (Gaetano Donizetti) 46 veces vistió el papel,
una de ellas en Berlin bajo la dirección de Von Karajan. La soprano muestra
cómo dar entidad dramática a la joven sin olvidar el servicio a una compleja
coloratura a la medida de una lírico-ligera. Escalofriante su interpretación
del Aria de la locura.
AIDA
(Giuseppe Verdi) La llevó a escena en 33 ocasiones. El
lirismo del personaje de la esclava, sus nostalgias en la escena del Nilo y las
sonoras frases del cuadro de la Marcha triunfal encontraron en ella una
intérprete idónea y a veces arriesgada que, en una representación mexicana de 1951,
se elevó, al final del segundo acto, al Mi bemol sobreagudo, que planeó durante
casi 30 segundos por encima de los
conjuntos.
1. Viví
de arte, viví de amor, nunca hice daño a ninguna criatura…
2. Delante
de él temblaba toda Roma…
Nota
necesaria: Normalmente, mis reseñas son bastante libres y
recortan en gran medida el texto original. Sin embargo, ésta es casi por
completo una copia literal del artículo firmado por Arturo Reverter.
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