Artículo de Cristina de la Peña Álvarez, Profesor e
investigador, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja. Publicado en la
revista digital The Conversation.
Cecilia limpia los zapatos de lazo azul.
Sesilia limpia los sapatos de laso asul.
En
estas dos frases se observa la diferencia en el cambio de grafía en las letras
c y z por s. Pero ¿se pronuncian diferente o igual?
Conocemos
la respuesta: diferente. ¿O no? De los 496 millones de personas que hablan español como lengua
nativa en el mundo, los que pronuncian estos dos fonemas de manera diferente
son aproximadamente el 7 %. Es decir, la inmensa mayoría, más de un 90%,
de los hablantes de español sesean. En Andalucía, dos tercios de los habitantes no
distinguen c y s al hablar.
El
seseo no es, por lo tanto, una manera errónea de pronunciar el español: para
una gran mayoría de hablantes solamente existe el fonema /s/, representado por
dos letras distintas, la z y la s.
De cuatro fonemas latinos a dos castellanos
En
la primera frase, la grafía z (a, o, u) y c (-e, -i) representan al sonido zeta
que es nuestro actual fonema /θ/, proveniente de la letra theta θ. El sonido
zeta tiene una articulación fricativa interdental sorda con una pronunciación
apical, es decir, se apoya el ápice de la lengua entre los dientes incisivos
inferiores y superiores.
Algunas
personas no colocan la lengua tan delante y no la apoyan en los dientes: esto
produce una pronunciación no apical. En esos casos el sonido zeta se ve
sustituido por otra variedad de sonidos cercanos al fonema /s/, como, por
ejemplo, en la segunda frase del principio de este artículo.
El
origen del mantenimiento o no del sonido zeta se remonta a la época medieval
cuando los cuatro fonemas /z/, /s/, /ts/ y /dz/ se redujeron a dos: /θ/ y /s/
en el castellano de Castilla. Los fonemas /ts/ y /dz/ se convirtieron en
fricativos; el fonema /z/ perdió sonoridad y se igualó al fonema /θ/, y los
fonemas /s/ y /z/ del latín se igualaron en el fonema /s/.
Pero
esos cuatro fonemas medievales se redujeron a un único fonema, /s/, en el
castellano del sur peninsular. Las variaciones en articulación de este único
fonema /s/ originaron el seseo y ceceo. La diferencia entre seseo y ceceo está
en el predominio de la articulación: si es más alveolar es seseo y si es más
dental es ceceo.
Aunque
los hablantes que sesean pueden aprender de manera formal los fonemas en clase,
y distinguir perfectamente que una z no es una s, seguirán seseando o ceceando
en su contexto puesto que es la forma de pronunciar con la que se han criado.
Puede ocurrir que si hablan en público o en contextos no seseantes, académicos
o profesionales, lleguen a distinguir entre ambos fonemas y los pronuncien de
manera distinta.
El seseo en el sur peninsular
En
el seseo, la transformación o reducción se hace en
la pronunciación del fonema /θ/ representado por la letra c (-e, -i) y la letra
z (a, o, u) por el fonema /s/, por ejemplo, en sapato en vez de zapato,
bebesita en vez de bebecita.
En
este caso, la articulación del sonido zeta se iguala al sonido ese coronal o
predorsal con una lengua que apoya la corona o el predorso ligeramente convexo
contra alveolos e incisivos superiores, siendo una pronunciación dorsal no
apical más alveolar.
El ceceo, muy diverso
En
el ceceo,
la pronunciación del fonema /s/ es muy cercana, pero sin ser igual, al fonema
/θ/ representado por la letra c (-e, -i) y la letra z (a, o, u), por ejemplo,
zábana en vez de sábana, zaludo en vez de saludo. Además, existe gran
diversidad en la producción de este sonido entre los propios hablantes ceceantes.
En
este caso, la articulación del sonido ese predorsal interdental se asemeja al
sonido zeta en el que la lengua está colocada convexa con el ápice en los
incisivos inferiores pudiendo llegar a los superiores, siendo una pronunciación
dorsal no apical más dental.
Variedad exportada a América
El
seseo y ceceo constituyen una variedad del español peninsular, siendo rasgos
lingüísticos que conforman un código cambiado característico y compartido por
los hablantes de la zona sur peninsular. Esta flexibilidad del lenguaje oral,
también llamado dialecto, se exporta y extiende a las islas
Canarias, a la comunidad de hispanohablantes en América y algunas áreas de Badajoz y Murcia,
razón por la que no tienen el sonido zeta.
Concretamente,
en Andalucía, una parte de hablantes distinguen entre
el sonido zeta y ese, pero otra parte de hablantes confunden el sonido zeta y
ese, teniendo lo que hemos llamado seseo o ceceo.
El
seseo es más aceptado socialmente y más frecuente en ciudades mientras que el
ceceo es menos frecuente está relegado a zonas rurales y hablantes de menor
nivel cultural. En algunas regiones de ceceo se está sustituyendo por seseo o
por la distinción entre el sonido zeta y ese. En Canarias predomina el seseo,
aunque en regiones rurales hay restos de ceceo y en América se reduce a seseo.
Por qué no seseamos por escrito
Esta
versatilidad del lenguaje oral no suele generalizarse al lenguaje escrito
constituyendo diferencias solo a nivel de articulación. La diversidad de
articulaciones genera heterogeneidad entre los hablantes seseantes y ceceantes
y ambos conviven pudiendo existir predominio de uno u otro entre barrios de un
mismo pueblo.
En
síntesis, seseo y ceceo son producto de una evolución basada en una reducción
de fonemas donde el sonido ese se iguala al sonido zeta. Por tanto, en seseo y
ceceo no falta ningún fonema porque nunca ha estado. Aún así, tanto el sonido
del fonema /s/ del seseo que es una articulación más dental como el sonido del
fonema /θ/ del ceceo cuya articulación no llega a ser interdental son
diferentes al sonido del fonema /s/ y del fonema /θ/ del castellano peninsular.
Por
ese motivo, respondiendo a nuestra pregunta del principio, lo cierto es que
ambas frases (“Sesilia limpia los sapatos” y “Cecilia limpia los zapatos”) se
pronunciarían siempre de manera ligeramente distinta, ya que no suena igual la
/s/ de sandalia que la de “zapato” dicho con seseo.
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