Artículo de Ignacio López-Goñi, MIembro de la SEM (Sociedad Española de Microbiología) y Catedrático de Microbiología, Universidad de Navarra. Publicado en el blog de autor, “microBIO”.
Desde el miércoles día 10 de enero vuelven
las mascarillas a ser obligatorias en los centros sanitarios, una medida que ha
levantado bastante revuelo en los medios y en la sociedad en general. Hablemos
de virus y mascarillas.
¿En qué situación estamos?
Estamos ante la tradicional epidemia estacional de virus
respiratorios,
que nos visitan cada año (excepto los años de la pandemia) por estas fechas,
aunque esta temporada se ha adelantado unas semanas y, en principio, se espera
el pico en los próximo días. La mayoría de los casos son de gripe, COVID-19 y
Virus Respiratorio Sincitial (VRS), pero NO es una “tripledemia” como se ha
dicho en algunos medios. En realidad, es un cóctel de virus respiratorios con otros coronavirus, rinovirus,
parainfluenza, pneunovirus, adenovirus… (hay cientos de virus que causan
infección respiratoria). No hay más virus que antes, son los de siempre aunque
desgraciadamente esta vez añadimos a la lista COVID-19 (que por cierto, todavía
no es estacional como el resto y nos “visita” varias veces al año).
Según el último informe de Sistema de
Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda (Semana 52/2023) la gripe circula con mayor
intensidad que el resto de virus respiratorios y se asocia a tasas de
incidencia en Atención Primaria y de hospitalización en creciente
ascenso. La
actividad de COVID-19 y de infección por VRS tienden a la estabilización en Atención Primaria.
La mayoría de los casos son leves y autolimitantes que no necesitan visita médica.
Independientemente del virus, los síntomas y el tratamiento son muy similares:
analgésicos y antitérmicos, buena hidratación y alimentación y descanso. En
casos graves con dificultad respiratoria, dolor, fiebre persistente u otras
patologías habría que acudir al médico. La situación por tanto no parece
excepcional y al ser estacional era bastante previsible.
Todo esto no quiere decir que no sea importante, recordemos que cada año fallecen varios
miles de personas en España por infecciones respiratorias o complicaciones
asociadas. En el conjunto de las enfermedades infecciosas, las respiratorias
son las que más muertes causan cada año. Por eso, en general muere más gente en
invierno que en verano
¿Funcionan las mascarillas?
Algunos afirman que no hay evidencias
científicas de que las mascarillas funcionen. Una revisión sistemática sobre el uso de
intervenciones físicas para reducir la expansión de los virus respiratorios
llegó a la conclusión de que no había evidencia sobre la eficacia de las
mascarillas. Sin embargo, este tipo de revisiones no permiten concluir que las mascarillas no
sean eficaces.
Un ensayo clínico aleatorio no es la mejor forma para analizar la eficacia de
las mascarillas. Para demostrar experimentalmente su eficacia habría que tomar
dos grupos de personas (numerosos y homogéneos), uno con y el otro sin
mascarilla (el mismo tipo de mascarilla, tiempo de uso…), mantener a los dos
grupos en el mismo ambiente con el virus, dejar que se infecten y medir después
de un tiempo de exposición el número de infectados, enfermos y fallecidos. Un
experimento … imposible de hacer.
Durante la pandemia se hizo muy popular
la imagen
del queso suizo para
explicar cómo defenderse contra un virus respiratorio y reconocer que ninguna
intervención por sí sola es perfecta para prevenir la propagación del virus.
Cada intervención (o capa del queso) tiene sus imperfecciones (agujeros), pero
múltiples capas mejoran la probabilidad de éxito. La mascarilla por sí sola no
va a evitar que nos infectemos, reducirá la probabilidad, pero si la combinamos
con la higiene de manos, la distancia física, evitar el contacto con gente si estamos
infectados, la ventilación y filtración del aire, las vacunas … la probabilidad
de propagar el virus y de enfermar será muchísimo menor.
Las mascarillas son una capa más del queso
suizo. Es
evidente que reducen la posibilidad de transmisión de un patógeno que se
transmite por el aire vía aerosoles cuando hablamos, tosemos o estornudamos. ¿A alguien se le ocurriría proponer
retirar las mascarillas del personal sanitario en un quirófano?
¿Deberían ser obligatorias?
Desgraciadamente la pandemia nos dejó
una tremenda
politización de
las medidas sanitarias. En eso no hemos mejorado: el estar a favor o en contra
de las mascarillas o de las vacunas depende más del color del partido, lo que
pervierte y dificulta el diálogo y el consenso en temas tan cruciales.
En una situación como la actual con
una gran
circulación de
virus respiratorios y un alto riesgo de
infección, las
mascarillas son MUY recomendables, especialmente para aquellas personas con síntomas,
vulnerables o que convivan con ellos. Hacer ahora obligatoria la mascarilla en
los centros sanitarios significa que no hemos hecho antes la tarea, es una
medida que llega tarde, demuestra un fallo en el sistema. Hemos perdido una
oportunidad de oro para concienciar a la población sobre el uso adecuado de la
mascarilla, cuándo emplearla y por qué (todavía se ve a veces gente sola en un
coche con su mascarilla o gente con la mascarilla al aire libre y que se la
quita para saludar y abrazar a los conocidos). A veces es más importante el
cómo se da el mensaje que el mensaje en sí. Explicar un medida tomada por
consenso puede ser más eficaz que un decreto ley.
Prepararnos para la próxima temporada
Para reducir el efecto de las epidemias
estacionales de virus respiratorios hay que actuar antes: prevención.
Tres ideas básicas:
1) si estás entre los grupos
recomendados, vacúnate contra la gripe y con la COVID-19 en
otoño;
2) usa mascarilla con sentido común y
responsabilidad,
por solidaridad, buena higiene de manos, y evita el contacto con gente si estás
infectado;
3) si te es posible, mejora la ventilación
y calidad
del aire.
Desgraciadamente,
continúan los problemas estructurales, burocráticos y de gestión del sistema
sanitario. Hace unas semanas se publicó la Evaluación del desempeño del Sistema Nacional de Salud
Español frente a la pandemia de COVID-19: lecciones de y para una pandemia.
Dentro de unas pocas semanas todo esto ya no será noticia. Para evitar un nuevo
colapso la próxima temporada de virus respiratorios es ahora cuando hay que
preparar el sistema sanitario.
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