31 mayo 2023

REFLEXIONES CORTAS, INTENCIONES LARGAS

 

                           CUANDO NADA ES LO QUE PARECE




Errar forma parte del riesgo de vivir y cada paso nos conduce a través de una incógnita segura.

Hoy en día si decimos que alguien tiene un buen fondo, la mayoría ya no piensa en sentimientos positivos y sí en una abultada cuenta de paraísos fiscales.

Dar los buenos días o las gracias, pocas veces es respondido y, sin mover los labios, giran la cabeza con una mirada interrogante, haciéndote sentir como un ser de otro planeta.

Para algunos el amor, la fidelidad o la lealtad son conceptos pasados de moda. En su lugar han creado sucedáneos que no traspasan la epidermis y tan efímeros como flor de un día.

Dicen que el valor de la amistad está en decadencia. La mayoría busca medrar en aras de un protagonismo fugaz para alimentar su ego, aunque eso suponga ignorar a quienes han compartido largo tiempo sus miserias. Con pedir disculpas a errores reincidentes, creen haber cumplido y pretenden no solo el olvido sino convertirlo en inexistente.  

Muchos consideran que la verdad está sobrevalorada. Por eso las mentiras se han convertido en el dogma de fe de un ejército de soldaditos de plomo que enarbolan su bandera. Lástima no poder verlos fundidos en un caldero.

Cuando nada es lo que parece, qué fácil es reivindicar el derecho a equivocarnos.

 

 

Esperanza Liñán Gálvez



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