-Te echo de menos, decía ella.
-¡Te quiero
tanto! aseguraba él.
Y así noche tras noche, a través del teléfono, en la
distancia. Ella, muchos años después, murió echándole de menos y él lo hizo
queriéndola tanto. Fue un amor perfecto.
__________________________
¡Añoraba tantas cosas de él! Su mirada burlona,
alegre, tierna; su sonrisa irónica, envolvente, acogedora; sus brazos firmes,
protectores, amorosos; su generosidad, su entrega, sus renuncias… Olvidó los
enfados, los desacuerdos, las obligaciones y los egoísmos. El tamiz de la Parca
tan solo permitía filtrar los recuerdos positivos.
MAYTE TUDEA.
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