Juan José Sánchez Martínez, Universidad de
Jaén. Publicado en la revista digital The Conversation.
En la vida de todo ser humano existen
actividades atemporales. Para llevarlas a cabo no importa ni el dónde ni el
cuándo, solo el con quién. Da igual que haga frío o calor, que llueva o truene,
que sea lunes o domingo… Para los habitantes de la provincia de Jaén, “ligar”
es una de esas actividades.
Es probable, apreciado lector, que se
sienta algo perdido. Si es habitante de la provincia, seguramente imaginará de
qué va a tratar este artículo. Si, por el contrario, no es de estas tierras,
puede que esté pensando lo que no es.
Vamos a hablar de algo que gusta, y mucho,
a los jienenses. “Ligar”, sí, pero con unas cervecillas, unas patatillas, un
platillo de aceitunas o lo que encarte.
Ligar,
una palabra conflictiva
Partamos de una anécdota que, aunque aquí
ficticia, muchos jienenses habrán vivido alguna vez:
Un día cualquiera se reúnen unos amigos.
Juan ha traído a Martín, su primo de [insértese un lugar]. Tras las
presentaciones, pregunta: “¿Hoy dónde vamos a ligar?”. Martín se sonroja.
Responde Jesús: “Me han dicho que se liga muy bien en Casa Fulanito”. Martín,
que tiene novia, se pone nervioso. El último en llegar cierra el debate: “Vamos
donde siempre y le enseñamos al primo de Juan cómo se liga en Jaén”. Martín se
asusta.
El pobre Martín no tiene la culpa de no
saber qué querían decir su primo y sus amigos. Si consultamos ligar en el Diccionario de la lengua española (DLE), de los múltiples significados que tiene la
palabra, en un contexto coloquial, el más conocido por los hablantes de
castellano es sin duda “entablar relaciones amorosas o sexuales pasajeras”. Sin
embargo, como vamos a ver, en la provincia de Jaén este significado convive con
otro bien distinto. Y es que “ligar” es un andalucismo, esto es, una palabra o
uso lingüístico propio de Andalucía.
Los andalucismos pueden considerarse
dialectalismos lingüísticos. Siguiendo la definición de “dialectalismo” que realiza Concepción Company en su Discurso de ingreso
a la Academia Mexicana de la Lengua, podemos hablar de tres tipos de
andalucismos:
1. La voz y su significado no existen fuera
de Andalucía.
2. La voz y su significado sí son compartidos
con otros lugares, pero su uso es más frecuente en la comunidad autónoma andaluza.
3. La voz es compartida con el español, pero
ha desarrollado un significado distinto en Andalucía.
En el caso que nos ocupa, “ligar” es del
último tipo. Podemos añadir que, más que andalucismo, es un “jaenismo”, puesto
que el significado tan singular que veremos a continuación solo ha surgido en
esta provincia.
Ligar,
liga (o ligá), ligada…
“Ligar” en Jaén significa “tapear”, “ir de
tapas”. El DLE no recoge esta acepción.
Sin embargo, sí aparece en varias obras lexicográficas andaluzas.
Antonio Alcalá Venceslada, en su Vocabulario Andaluz (1933), define la palabra
como “beber vino comiendo alguna tapa”. Igualmente, define “liga” (y su
variante fonética “ligá”) como “acción de ligar. Comer algo al beber vino”.
Curiosamente, también registra “ligada” como sinónimo de “tapa”: “porción
pequeña de comida que dan en algunas tabernas con los vasos de vino”.
En su Tesoro léxico de las hablas andaluzas, Manuel
Alvar, además de recoger “ligar” y “ligada”, marca el uso de estas palabras en
puntos concretos de la provincia de Jaén. Así pues, “ligar” significa “beber” o
“ir de tascas” en la Sierra de Cazorla; “tapear, alternar bebida con las tapas”
en Bélmez de la Moraleda; y “beber con alguien” en Martos. También podemos
encontrar el mismo significado en el Vocabulario Andaluz sin
que se sitúe su uso en ningún lugar.
Por su parte, “ligada”, de acuerdo con
Alvar, es propio de Valdepeñas, donde tiene el mismo significado que el
registrado por Venceslada, y de Bélmez, si bien aquí, cambia su significado por
“convite”.
Asimismo, se documenta la palabra en obras
lexicográficas de ámbito local como: Peculiaridades del habla de Begíjar de
Martínez Calle, el Vocabulario Marteño de Villar Castro y Cruz
Villalobos (2010) y el Vocabulario Coloquial de Jódar (Jaén) de Jesús
Barroso, publicado en la Revista
Folklore.
Finalmente, no podemos cerrar el artículo
sin acudir a la reciente publicación sobre el léxico andaluz llevada a cabo por
las investigadoras Lola Pons (Universidad de Sevilla) y Marta Torres (Universidad
de Jaén). En su obra Las hablas andaluzas. Glosario de una realidad lingüística (Archiletras), “ligar” es definido como “salir a
tomar tapas a distintos bares o tascas, habitualmente con amigos”. Al igual que
Alvar, Pons y Torres señalan zonas de uso de esta palabra dentro de la
provincia, concretamente refieren las comarcas de Sierra Mágina y El Condado.
También registran las variantes “ligá”
(echar la ligá), “liguera” (ir de liguera o echar la liguera) y “ligue”. Por
último, cabe destacar que documentan esta voz en un texto publicado en el
periódico provincial Diario Jaén.
¿Qué
relación tienen ambos significados?
“Ligar” deriva del latín “ligāre”. Pero
¿cómo surge este significado tan peculiar? Llegar al origen es una empresa
complicada. Podemos hacer algunas conjeturas a partir de la acepción de la
palabra de “unir o enlazar”. Cuando “se liga” se unen varias cosas: la comida,
la bebida y la compañía de los amigos.
Hace poco tiempo, en una conocida red
social realicé una publicación sobre este tema en la que compartía esta
hipótesis. Un lector de Jódar comentó que para su abuelo el origen no era ese.
Antiguamente, se “ligaban los dineros”. Los amigos juntaban lo que buenamente
podían para pagar lo que se fuera a comer y beber. Maravilloso.
Hasta que se descubra el misterio,
disfrute el lector en su visita a la provincia de Jaén del noble arte de ligar.
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