En este año que acaba de comenzar celebramos el V
centenario de la muerte del gran humanista andaluz Elio Antonio de Nebrija
(1444-1522) nacido Antonio Martínez de Cala y Xarana, en la antigua Nebrisa
Veneria, en español Lebrija, provincia de Sevilla, en la calle llamada entonces
de Los Mesones, en una casa que mientras estuvo en pie, según el historiador Rodrigo
Caro, era venerada por sus vecinos “como cosa santa”.
Se caracterizó por ser un personaje poliédrico distinguido por una
dilatada obra en latín que abarca disciplinas tan diferentes como la gramática,
la lexicografía, la retórica, la poesía, la historia, la arqueología, la
geografía, la teología o las matemáticas.
Con 19 años se marcha de su Andalucía natal a Salamanca, en cuya
universidad adquiere grandes conocimientos, que completa en Bolonia con
estudios de teología, medicina, derecho y filología clásica, que será su gran
pasión. Vive varios años en Sevilla donde ocupa la cátedra de gramática, que
alterna desde 1513 con cursos de retórica en la universidad de Alcalá de
Henares, recién fundada por el cardenal Cisneros, con quién colabora en la
elaboración de la Biblia Poliglota.
Pero si por algo mundialmente se le conoce y se le admira es por la
publicación de la PRIMERA GRAMÁTICA DE LA LENGUA CASTELLANA, escrita en romance
que habría de servir de puente cultural en el descubrimiento de América y
modelo para gramáticas de otros países. Según Nebrija una forma de fijar el
idioma “para lo que agora y de aquí
adelante en el se escriviere pueda quedar en un tenor y entenderse en toda la
duración de los tiempos que están por venir.” Y
previendo la gran dilatación de los reinos de Isabel la Católica, a quién
dedica su obra, “para que los pueblos
bárbaros y naciones de peregrinas lenguas puedan aprender la lengua del
vencedor”.
Contra la excesiva atadura a modos y maneras latinas, Nebrija afirma y
estructura, como mejores y más auténticas, expresiones, giros y modos de
decir propiamente romances, o lo que es
lo mismo, españoles. Su autoridad, por tanto, es indiscutible y a ella recurrirán
los escritores a la hora de su quehacer literario para confirmar u orientarse
en el estudio del lenguaje y corrección de estilo. Puso una viga maestra que al
día de hoy aguanta la forma de expresarse de más de 500 millones de personas en
el mundo.
Se expresaba por igual en latín, griego y hebreo aunque esta última
lengua la usaba con menos frecuencia, que las dos primeras, por temor a ser
tildado de judío ya que sus padres eran conversos.
Pionero en la defensa de los derechos de autor más de dos siglos antes
que se introdujera el “copy right” anglosajón.
Murió a los 78 años en Alcalá de Henares.
El conquense Juan de Valdés, también humanista, criticó la Gramática y
los Vocabularios de Nebrija asegurando “que
por ser andaluz los había hecho con tan poco cuidado que parecían escrito por
burlas”. Según los mentideros de la época…ni se ruborizó.
Ahí he dejado una pequeña semblanza de uno de los muchos andaluces
ilustres que en el mundo han sido y esperemos que las distintas
administraciones (tengo poca fe en ello) le den a esta efeméride el trato que
merece.
PEPE CUETO. ENERO DE 2022
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