UNA
ESTATUA PARA RUBEN DARIO
Francisca Sánchez del Pozo -La princesa
Paca-, era una joven humilde, hija natural de uno
de los jardineros del rey Alfonso XIII. Era una mujer analfabeta y sencilla. Su
padre trabajaba en los jardines reales de la Casa de Campo de Madrid.
Cierto día
de 1889, dos de los mas conocidos escritores de la época, paseaban por esos
jardines cuando se cruzaron con Francisca. Se trataba de don Ramón del Valle-Inclán
y Félix Rubén
García Sarmiento (Rubén Darío), el gran poeta nicaragüense y máximo representante
del modernismo literario. Un flechazo entre Rubén y Francisca los uniría por un
tiempo y con quien tendría 4 hijos. No pudieron casarse, pues Rubén ya estaba
casado y no consiguió el divorcio.
El poeta nicaragüense
había venido a España para escribir crónicas en el diario La Nación de Buenos
Aires sobre la situación en que se encontraba nuestro país tras las pérdidas de
las últimas colonias americanas.
Entre 1903 y 1904 la pareja residió
en Málaga. Lo hizo en una
vivienda en la calle Fernando Camino.
De sus vivencias en
esta ciudad escribiría estas
hermosas palabras:
“Esta es la dulce Málaga, llamada la Bella, de donde son las
famosas pasas, las famosas mujeres y el vino preferido para la consagración. Aquí hay luz, montes apacibles, el Mediterráneo, barcas pescadoras…”
“Mira
las cumbres de Sierra Nevada, las bocas rojas de Málaga, lindas,
y
en un pandero su mano rosada fresca recoge, claveles y guindas.”
La ciudad le
dedicó una estatua, obra del escultor José Planes, en 1968. Está situada en el Parque, cerca
de la Plaza del General Torrijos.
Pedro J. Tiscar Marín
Octubre de 2021
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor: Se ruega no utilizar palabras soeces ni insultos ni blasfemias, así todo irá sobre ruedas.
Reservado el derecho de admisión para comentarios.