UNA ESCULTURA SEMIESCONDIDA
Hay
personalidades que han sido profetas en su tierra y en ellas tuvieron su
reconocimiento. Otros no. El caso que nos ocupa está
entre los primeros.
Se trata del pintor José
Moreno Carbonero, nacido en Málaga en 1860 en el seno de una familia
humilde. Niño prodigio cuyas cualidades captó pronto el profesor de la Escuela
de San Telmo, el pintor Bernardo Ferrándiz, que, al igual que a otros jóvenes
prometedores, le impartió sus conocimientos sin cobrar por ello.
Las enseñanzas y conocimientos
adquiridos en Málaga las ampliaría después en París, Roma y Madrid, donde
terminó residiendo.
El éxito artístico hizo que cuadros
suyos estén expuestos en El Museo del Prado.
A pesar de vivir en Madrid el resto de
su vida, siguió muy ligado a Málaga, lo que demuestra el hecho de realizar
donaciones al Museo de Bellas Artes de la ciudad, y que hoy podemos apreciar en
el Museo de Málaga.
Moreno Carbonero falleció Madrid en
1942, y sus restos se trajeron a Málaga para ser enterrados en el cementerio de
San Miguel.
Su ciudad natal recordó a su hijo poniendo su nombre
a una calle del centro (junto al mercado de Atarazanas) y erigiendo una
estatua. Esta fue ejecutada en bronce por Mariano Benlliure y Gil. Este
original se destinó a la Real Academia de Bellas Artes. Una copia en mármol es
la que el paseante puede apreciar en los apartados Jardines de Puerta Oscura
cerca del Ayuntamiento.
Al parecer, la idea era colocarla en el Paseo del
Parque, pero al final se decidió por este sitio. Un tranquilo lugar que puedes
descubrir y apreciar, amigo lector.
Pedro J. Tíscar Marín
Octubre de 2021
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